
Decimos en muchas ocasiones que es necesario tener una página web para mejorar la presencia online de la empresa. Y es que si hace unos años casi ningún negocio local tenía su propia página web, ahora son muchas más las empresas que cuentan con una.
- Tener un diseño descuidado. En ocasiones porque se recurre a plantillas prefabricadas que ya están “más que vistas” y que son muy simples sólo por ahorrar en contratar los servicios de diseño web. Hay que tener en cuenta que el diseño web de la página se ha de adaptar a la identidad corporativa de la empresa, y por ello hay que dedicarle tiempo.
- Tener un diseño con muchas florituras o detallitos que no sirven para nada sólo por pensar que así queda “más bonito”, incluso utilizar una tipografía que gusta más pero molesta a la lectura. Es mejor un diseño más sencillo y cuidado que una web cargada de cosas que entorpecen la navegación.
- No hacer que el usuario sepa de qué va la web en una sola impresión, a primera vista.
- No actualizar la web. Pensar que con crear una web ya está, los usuarios entrarán cuando quieran y la verán. La principal razón para hacer esto es que las empresas piensan que sólo hay que tener la web por tener. De vez en cuando hay que renovarse.
- No actualizar los contenidos, no incluir nuevos contenidos con cierta frecuencia para que los usuarios puedan encontrarse nuevas cosas si vuelven. No incluir noticias interesantes, nuevos consejos y cosas que interesan a los usuarios.
- Contar con una web no adaptable a las nuevas tendencias. Cada vez son más los usuarios que entran desde dispositivos móviles, y hay que adaptar la web también a estos usuarios.
- No adaptarse a todos los navegadores. Hay páginas que están optimizadas para Internet Explorer (o para cualquier otro navegador) sin pensar que los usuarios que acceden desde otros pueden ver otra cosa, e incluso que la página se vea mal desde ellos. Es un detalle a tener en cuenta. Tampoco se trata de adaptar la web a todas las versiones de los navegadores, incluso los que casi no utiliza nadie porque se han quedado desactualizados, pero sí a la mayoría de los navegadores y sus versiones que se utilizan.
- Tener una navegación complicada. Esto hace que en ocasiones los usuarios lleguen hasta a abandonar la página por no saber cómo navegar en ella. La información debe estar bien estructurada y organizada para que los usuarios sepan qué encontrar y dónde.
- No incluir datos importantes en la página, especialmente si se solicita algún dato a los usuarios de alguna manera. No indicar quién está tras la página, dónde se encuentran o detalles que los usuarios (y potenciales clientes) deberían saber.
- En empresas que venden por Internet, tener un gran catálogo de productos (a veces con imágenes bien cuidadas, textos bien redactados y todo lo demás) pero no incluir los precios. Muchos usuarios quieren saber el precio de aquello que quieren comprar, y si no lo ven no compran.
Cuida el diseño de tu página web porque es la imagen que da la empresa de sí misma en la red, e incluso crea estrategias de posicionamiento web para darla a conocer mejor.