
Hay algunas empresas que solicitan a sus candidatos que les indiquen el salario que les gustaría cobrar, e incluso intentan negociar con ellos el nuevo salario que podrían llegar a tener al entrar en la empresa. Y lo mismo pasa con los que quieren negociar un nuevo salario tras haber trabajado un tiempo en la empresa. Hace un tiempo, Pablo Tovar publicó un libro en que nos indicaba cuáles eran los principales errores a la hora de negociar salarios por parte de los candidatos, en muchas ocasiones simplemente por ir a la entrevista sin conocer nada.
- Hablar muy pronto del sueldo. En la medida de lo posible, hay que dejar que la empresa indique el salario o hable del tema, pero en caso de que no surja se puede preguntar, siempre dejándolo para el final.
- No tener datos del mercado. A día de hoy hay una gran cantidad de información al respecto, por lo que no informarse es un grave error.
- Ser prepotente. Ir a la entrevista con mucha prepotencia, e incluso agresividad. Estos seguramente sean los que quieran un sueldo mayor.
- Falta de realismo. Algunas personas piensan que valen más de lo que pueden llevar a cobrar, pero no saben la cantidad monetaria que merecen. Al no conocer información objetiva al respecto se equivocan en la negociación del salario.
- Decir las expectativas salariales. Hay empresas que lo llegan a preguntar en la entrevista, pero esto no se debe indicar antes. Ni por teléfono, ni en currículum ni en la carta de presentación, nunca antes de que surja el momento.
- Preguntar si la oferta es negociable. Negocia, no preguntes, aunque debes saber cuándo y cómo.
- No mostrar ni la valía ni los logros ni lo que se puede hacer por la empresa.
- Aceptar la primera oferta que surge, sin si quiera negociar ni esperar.
- Negociar cifras concretas en lugar de rangos salariales, sabiendo que los últimos dejan un mayor rango de negociación.
- Centrarse sólo en sus necesidades, sin pensar también en las de la empresa.
Además de los que se indican aquí, y de los que se habla en el libro, hay más errores que se suelen cometer a la hora de negociar salarios:
- Pedir una cifra sin más, sin decir por qué ni justificarlo, sin argumentos. Las cifras deben, en la medida de lo posible, estar argumentadas.
- No esperar a que se haga una oferta. Mucho mejor conocer en qué margen se maneja la empresa.
- No esperar un poco en silencio tras haber recibido una oferta, para conocer la reacción de la otra parte.
- Ser inflexible. En todas las negociaciones ambas partes tienen que ceder, así que hay que dejar margen de maniobra y ser algo flexible con respecto al salario.
- Decir “o esta cifra o nada”. Dar un ultimátum.
- Ser muy ambicioso, desear más de lo que se merece. Esto pasa mucho a los que se creen demasiado para la empresa o que se consideran imprescindibles, aunque cualquiera puede serlo.
- Preguntar cuánto es en neto. Si hay tiempo para negociar, y no hay que dar respuesta antes, es mejor calcular el salario neto sin preguntarlo.
- Al igual que hay quien se equivoca pidiendo de más, otros lo hacen pidiendo de menos. Es un gran error porque al trabajar y ver que se merecía más se puede acabar en cierta desmotivación.
- Mentir sobre un sueldo anterior. Decir que fue mayor cuando no es así, porque la empresa puede llegar a comprobar la verdad.
- Pensar sólo en el sueldo. Aunque para muchos no lo parezca hay mucho más, como los beneficios sociales o estar en un puesto gratificante con compañeros con los que se tiene una buena relación.