
Después de haber analizado las diferentes variantes de aquellas ideas que nos parecen que pueden llegar a convertirse en un negocio rentable, si deseamos poner en ejecución nuestro microemprendimiento será necesario llevar a cabo un proceso de creación del Plan de Negocios. Si bien este punto siempre suele relacionarse a empresas grandes y medianas, lo cierto es que no importa el tamaño que tenga nuestro emprendimiento comercial, ya que siempre es aconsejable llevar a cabo ese Plan de Negocio que nos permitirá evaluar no sólo la viabilidad del proyecto, sino también lograr la atención de futuros inversores. Cuando comenzamos con el proceso de creación de un microemprendimiento, al igual que sucede con la creación de PyMEs y grandes empresas, el primer desafío que deberemos enfrentar reside en la decisión de elegir la mejor idea de negocio. Ahora bien, una vez elegida la idea, es decir cuando ya hayamos decidido cuál será el nicho o subnicho al cual se dedicará nuestra futura PyME o emprendimiento, debemos comenzar con el proceso de ejecución de la misma, para lo cual deberemos generar un Plan de Negocios. Claro está que para ello podemos optar por utilizar los servicios de alguna consultora especializada, aunque también podemos llevar adelante un trabajo de campo de manera sencilla y eficaz, a través de una serie de pasos fundamentales, los cuales nos permitirán desarrollar nuestro negocio de forma profesional. Lo más importante en esta etapa es lograr centrarnos en los aspectos y factores principales de la actividad que vayamos a desarrollar, evitando siempre perder el tiempo en detalles que no son útiles para llevar a cabo nuestro microemprendimiento. Por ello, aquí les acercamos lo que para los expertos en la materia son los cinco pasos fundamentales para realizar un Plan de Negocios simplificado. En principio, lo primero que debemos hacer es desarrollar la idea que hemos tenido para nuestro futuro negocio con mayor profundidad, es decir incluir todos los detalles que necesita nuestra idea, tanto en lo que respecta a sus características como a su potencial, a fin de lograr delimitar concretamente el producto o servicio que comercialicemos. Esto además nos permitirá tener un esquema claro y detallado de nuestro negocio, que luego nos facilitará la presentación del producto o servicio a los posibles nuevos inversores y clientes. En realidad, lo que se busca es pasar de la definición sencilla a la compleja, es decir detallar no sólo el nicho sino también el subnicho al que pertenece nuestro emprendimiento. Un ejemplo de ello sería que en lugar de definir nuestra idea como “fabricación de tortas”, debemos delimitarla a “fabricación de tortas artesanales elaboradas a partir de materias primas regionales y destinadas a eventos de todo tipo en una determinada zona geográfica”. Lo siguiente que debemos hacer es llevar a cabo un detallado análisis de los costos, ya que esta evaluación es la que nos permitirá saber si realmente nuestra idea es viable o no. En este sentido, si vamos a fabricar un producto debemos preguntarnos todos los aspectos concernientes a la inversión, es decir el costo de elaboración, incluyendo el packaging del mismo, la inversión que se deberá realizar para mantener la ubicación física del producto como puede ser el caso del alquiler de un local, si será necesaria la contratación de personal, si vamos a invertir en promoción y publicidad y los costos de ese marketing. En el caso de que nuestra idea se concentre en la creación de una empresa proveedora de servicios debemos preguntarnos si será necesario tercerizar y cuál es el costo de ello y de los equipos requeridos para brindar el servicio. También debemos evaluar los costos de inversión para la creación de un espacio físico, es decir la mantención de una oficina o local, el personal que se requerirá para el negocio, y por supuesto el costo de inversión en promoción y marketing. Una vez que tengamos detallados todos estos datos, y hayamos evaluado cada uno de estos factores deberemos aplicar el monto de inversión al presupuesto disponible para ejecutar nuestro negocio, y analizar si las ganancias estimadas que nos generará concluyen en que se trata de una idea razonable. El tercer paso que nos tocará seguir reside en llevar a cabo una investigación detallada de la competencia y al mismo tiempo de los clientes potenciales que podremos captar. Para ello, será imprescindible desarrollar una investigación de mercado, a través de consultas en Internet, encuestas de opinión y recoger la mayor cantidad de comentarios entre nuestros amigos, conocidos y familiares. Esto nos permitirá conocer de manera precisa qué es lo que el cliente potencial necesita, como así también qué está dispuesto a comprar. De esta forma, no sólo podremos saber si nuestro producto o servicio puede ser comercializado con éxito, sino también conocer el tipo de target al que debe ser dirigido, lo que al mismo tiempo nos permitirá comenzar a trabajar en la imagen de nuestra empresa. Luego de haber realizado los tres primeros pasos, debemos pasar a una siguiente etapa, la cual consiste en comenzar a trabajar en un Plan de Marketing adecuado a nuestra futura empresa. Tengamos en cuenta que en la actualidad es fundamental llevar a cabo una estrategia de marketing eficaz, por lo cual debe ser realista en base a los datos que nuestro análisis de Plan de Negocios nos ha proporcionado. En este punto deberemos analizar y determinar cuál es la técnica de promoción que más se adecúa a nuestro producto o servicio. Pero además debemos preguntarnos acerca de los costos de inversión, realizando una evaluación sobre la ecuación de ventas/inversión, es decir cuánto estamos dispuestos a pagar por cada una de las ventas que logremos concretar. Otro de los aspectos a tener en cuenta será por ejemplo la necesidad de contratar una agencia y los costos que ello requiere. También debemos ser conscientes y realistas en el momento de generar una estrategia de promoción y elegir la plataforma adecuada para ello. Es decir, que si bien en la actualidad Internet posee una gran penetración, lo cierto es que es imprescindible evaluar si nuestro producto o servicio puede captar clientes potenciales a través de la red de redes. Tengamos en cuenta que no todos los negocios pueden ser promocionados por Internet, ya que en muchos casos el escenario de ventas se encuentra limitado a una zona física específica, por lo que en ese caso debemos evaluar las distintas alternativas publicitarias que existen para llegar a los clientes que se hallan en esa misma región. Cabe destacar que en el caso que evaluemos la necesidad de que nuestro emprendimiento requiera de presencia en Internet, entonces no debemos olvidarnos de incluir los costos de inversión necesarios para ello, contando con el valor del hosting, la compra de dominio, la contratación del diseño web y demás. Por último, el quinto paso será llevar a cabo una investigación acerca de los aspectos relacionados al campo legal e impositivo del emprendimiento. En este sentido, es importante destacar que la mayoría de los productos y servicios se encuentran actualmente regulados por algún ente nacional o provincial, por lo que deben cumplir con una serie de normas legales para poder ser comercializados. Por todo ello, antes de comenzar a trabajar en nuestro negocio es sumamente importante conocer la legislación que regula nuestra actividad, de la misma forma que es necesario saber cuáles son los cargos impositivos o impuestos que nos corresponderá abonar para llevar adelante nuestra empresa. Lo más recomendable es poner esta área de nuestro negocio en manos de un profesional, contratando un contador que nos ayude a tener todo lo referido al aspecto legal e impositivo en perfectas condiciones y sin correr riesgo. Por otra parte, si vamos a iniciar nuestro microemprendimiento, es conveniente contratar una póliza de seguros que nos permita cubrir cualquier eventualidad que pueda llegar a ocurrir.