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Bitcoin ¿hasta dónde llegará el rebote?

Justo cuando parecía que la crisis de 2008 arreciaba y muchos inversores se volvían hacia las criptomonedas para que demostrasen su valía como valores de reserva, el bitcoin, y por ende sus hermanas menores, sufrieron un desplome nada desdeñable.

Hace unas semanas y a lo largo de tan solo 5 días, la cotización de bitcoin pasó de los 9.180 dólares a los 7.969 dólares. A su vez la segunda criptomoneda con mayor volumen del mercado, ethereum, pasó durante el mismo periodo de valer 244 dólares a 194, una caída considerable que replicaron las grandes criptos: bitcoin cash bajó de los 350 dólares a los 266, litecoin perdió 15 dólares de su valor, pasando de los 63 dólares a los 48 dólares. ¿Habían tocado fondo los precios de las criptomonedas durante el primer tercio de marzo? Ni mucho menos.

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Los precios se derrumban

Pero si alguien pensó que era el momento perfecto para comprar seguramente se llevó una desagradable sorpresa, ya que tan solo un día después cada bitcoin valía 3.000 dólares menos -una cotización que no se veía desde mayo del 2019, con la diferencia de que en aquel entonces bitcoin subía, y ahora su precio se estaba derrumbando sin remedio. Ethereum perdía casi la mitad de su valor total, pasó de valer 194 dólares a tan solo 107 dólares. Precisamente son estos movimientos tan bruscos los que esgrimen los que no consideran las criptomonedas -al menos las que son stablecoins, basadas en alguna divisa fiat como el dólar- como un valor refugio, al fin y al cabo, ¿qué refugio puede ofrecer un activo que puede llegar a perder la mitad de su valor en horas? Es una buena pregunta, pero debemos tener presente que ningún activo puede ofrecer no ya una subida indefinida, ni siquiera puede garantizar que no perderá valor, así que quién decida invertir su dinero en alguna criptomoneda probablemente lo haga porque a pesar de experimentar espectaculares bajadas no son menos importantes sus subidas.

La condena de Sísifo

Al igual que el héroe griego de funesto destino, las criptomonedas que aún sobreviven en el mercado parecen condenadas a escalar pendientes imposibles para una vez arriba despeñarse y volver a empezar el ascenso de forma indefinida.

Y como no podía ser de otra forma poco a poco bitcoin y el resto de criptomonedas fueron recuperando posiciones lentamente. El día 13 de marzo bitcoin recuperaba los 5.625 dólares, y con caídas y subidas más modestas finalmente el día 24 de marzo superaba los 6.700 dólares, cifra que, aunque vuelve a marcar durante la primera semana de abril, le ha costado mantener, ya que el día 29 de marzo volvió a bajar de los 6.000 dólares. De forma menos espectacular ethereum ha replicado movimientos parecidos, con tímidas subidas y bajadas.

¿Microscópicos virus o gigantescas ballenas? Buscando al culpable

En otras crisis bitcoin y compañía han crecido mientras otros mercados sufrían fuertes caídas. Sin ir más lejos antes del apocalipsis vírico el mundo se tambaleaba al borde de la guerra en Persia. Los EEUU ejecutaron extrajudicialmente al número dos del régimen de los ayatolas -el general Abu Mahdi al-Muhandis, que se encontraba en Irak comandando la fuerza operativa desplegada por los iraníes en el país vecino aprovechando el caos- y bitcoin y ethereum no sólo no vieron que sus precios cayeran, sino que subían de manera prácticamente ininterrumpida.

Sin embargo ahora llega la oportunidad para que las criptomonedas pongan sus galones sobre la mesa y reclamen su lugar como activo que crece en tiempo de crisis y sus precios se derrumban, ¿es que el coronavirus tiene la capacidad no tan solo de infectar a las personas sino también a un activo digital? ¿O hay algo más?

Aunque es más cómodo quedarse con una explicación aparentemente tan plausible como que la crisis sanitaria y la caída de los precios de las criptomonedas están íntimamente relacionados, quienes inviertan en criptos o realicen trading con ellas deben buscar análisis más profundos, so pena de perder su dinero. Actores muy grandes pueden alterar de forma puntual mercados relativamente pequeños -y el mercado de las criptomonedas tiene una capitalización respetable, pero no es ni con mucho el mayor del mundo- y parece ser que en el caso de ethereum grandes poseedores, llamados ballenas, vendieron de forma masiva hundiendo los precios, por lo tanto no se debió a un pánico masivo de miles de pequeños poseedores de criptomonedas.

Por último recordar que para el mes de mayo está previsto un halving de bitcoin -evento que reduce la recompensa de bitcoins recibidos por bloque minado a la mitad- y que las últimas veces ha sido el comienzo de una escalada alcista en la cotización de bitcoin y por ende del resto de criptomonedas.