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Casi la mitad de las PyMEs mexicanas fracasan por una mala gestión

De acuerdo a las cifras difundidas por el Centro para el Desarrollo de la Competitividad Empresarial (CETRO-CRECE), sólo el 10% de las PyMEs mexicanas llegan a los diez años de vida y logran el éxito esperado, mientras que el 75% de las nueva empresas del país fracasan y deben cerrar sus negocios sólo dos años después de haber iniciado sus actividades. Por supuesto que estas estadísticas resultan alarmante para el sector, no sólo para las actuales PyMEs que se desenvuelven en el territorio mexicano, sino también para aquellos microemprendimientos que se encuentran en plena fase de desarrollo, camino a convertirse en una pequeña o mediada empresa. Si bien los empresarios que han debido enfrentar crisis y posteriormente observar cómo sus empresas colapsaban definitivamente, depositan la culpa de sus fracasos al escaso apoyo gubernamental que existe en la actualidad en México dentro del ámbito PyME, lo cierto es que los especialistas aseguran que una de las causas principales del quiebre de empresas está relacionado a un factor interno en la organización, ya que se debe principalmente a una mala gestión estratégica y administrativa. Puntualmente, según diversas consultoras del país, se ha demostrado que el 50% de las empresas quiebran durante el primer año de actividad a causa de una mala gestión. Asimismo, el 90% fracasan antes de llegar a los cinco años de vida por la misma causa. No obstante, la mayoría de los ex propietarios de PyMEs que han sido cerradas luego de su fracaso, aseguran que la razón principal de que en México haya tantas empresas que quiebran guarda relación con factores externos a las compañías. En general suelen atribuir el fracaso a cuestiones económicas políticas y sociales, resaltando la falta de apoyo oficial, la deficiencia en los programas de ayuda a las PyMEs, la escasez de fuentes de financiación, las altas tasas impositivas y los excesivos controles gubernamentales, entre otros. Sin embargo, debemos ser concientes de que a pesar de todos estos obstáculos señalados por diversos empresarios, lo cierto es que algunas PyMEs llegan a superar el desafío, y pueden continuar trabajando. ¿Por qué esta diferencia? Pues bien, los analistas contradicen el discurso de los empresarios, asegurando que uno de los motivos fundamentales del fracaso de muchas empresas reside en la mala gestión que desarrollan quienes están a cargo de las mismas. Según la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), las causas más frecuentes del fracaso de las empresas mexicanas se deben a problemas que la misma tiene para poder vender sus productos o servicios, inconvenientes para producir y operar, negligencia en los controles, falta de una planificación adecuada, y sobre todo la mala gestión. Según datos actuales de la Condusef y de la Secretaría de Economía mexicana, de cada 100 empresas nuevas que se establecen en el país, son un total de 65 las que desaparecen antes cumplir los dos años de existencia en el mercado, principalmente debido a una administración deficiente. Al respecto, en un reciente estudio publicado por la Condusef, se ha podido saber que el 43% de las PyMEs mexicanas fracasan debido a este tipo de errores, que por lo general se cometen por la falta de conocimientos de los responsables de las empresas. En este sentido, dentro de los resultados del mismo estudio, se especifica que sólo dos de cada diez empresarios mexicanos se encuentran capacitados para poder llevar adelante y administrar correctamente su negocio. Por lo general, en muchos micros y pequeñas empresas se suele cometer el error de que todas las actividades relacionadas a la gestión recaigan sobre una sola persona, que frecuentemente suele ser el propietario de la PyME, y el cual muchas veces no cuenta con el conocimiento y la capacitación adecuada para tales efectos. Esto sucede porque en muchas pequeñas compañías prefieren ahorrar dinero a contratar al personal adecuado para tales operaciones. Es muy frecuente que sucedan este tipo de errores en las empresas familiares. Incluso la Condusef asegura que una de las principales causas del fracaso de PyMEs mexicanas guarda relación con el hecho de centralizar el poder en los miembros de la familia. En este sentido, cabe destacar que a largo plazo muchas veces los vínculos familiares son los que en definitiva motivan la desaparición de las empresas. Es importante señalar que la planta productiva en México se encuentra conformada en un 97% por micros, pequeñas y medianas empresas, que en definitiva son el sector que da mayor impulso a la economía nacional, siendo la principal fuente de trabajo actual en el país. Sin embargo, sólo el 20% de dichas empresas logran subsistir después de dos años de vida, y por último sólo el 10% alcanzan el éxito real de su negocio. Son en general las deficiencias en la gestión interna de las empresas las responsables directas de la disolución y, en consecuencia, de la desaparición de dichas compañías. Pero lo cierto es que se trata de una problemática que puede ser subsanada. Claro está que en el propio seno de las PyMEs debe producirse un cambio de cultura e idiosincrasia organizacional, sobre todo contratando profesionales eficientes que permitan llevar adelante una gestión correcta de la empresa, para que esta pueda crecer y convertirse en una más del porcentaje que encierra los casos exitosos.