
Diga lo que se diga, emprender un negocio es un proceso. Sí de acuerdo, un proceso que se inicia con una idea o con un sueño. Pero sin planificación y trabajo duro poco hay que hacer para lograr lo que requiere cualquier empresa: ingresos. Lo primero y más importante en no querer correr la maratón en un día. Por eso, el primer consejo es no apresurarse y no iniciar el negocio bajo presión. Hay que planificar hasta el último detalle del proceso. Hay que tener un plan y ser disciplinado con él. Segundo no ha que tener miedo a emprender. Parece mentira pero muchos emprendedores abandonan aún antes de haberlo intentando. Les pueden preguntas del tipo: ¿Y si no funciona? ¿Y si pierdo mi dinero? ¿Y su alguien ya lo intentó y fracasó? Son preguntas que sólo se pueden vencer con optimismos y mucha acción. No hay que quedarse quieto a la espera de que lleguen los clientes. De todas formas, hay que dejar claro que aunque se fracasara en el intento, no es el fin del mundo. Muchos de los grandes empresarios tuvieron sonoros fracasos en sus inicios. Pero volviendo a la planificación. Es importante invertir el tiempo que sea necesario en ella. Según muchos expertos dedicar suficiente tiempo para hacer un estudio de mercaco, analizar a la competencia, que la habrá, hacer un presupuesto son paso que ayudarán enormemente a evitar los errores más frecuentes. Hay que responder a una serie de preguntas como: -¿Qué necesidad pienso llenar con los productos que deseo ofertar? -¿Hay demanda de mi producto en la región donde quiero establecer mi empresa? -¿Cuál es la inversión que necesitaré? Motivación Las razones para montar un negocio pueden ser muchas, pero otros de los aspectos más importantes para comenzar es la motivación. Con ella viene el entusiasmo, la energía y la visión para lograrlo. Examina tus motivos y que estos no sean los tópicos de siempre. -Porque no te gusta tu empleo. -Por presiones externas. -Porque tienes dinero y deseas invertirlo en algo. -Porque se tiene mucho tiempo libre. -Porque amigos y conocidos tienen negocios que funcionan. Aprender, siempre Es fundamental. El emprendedor siempre está aprendiendo. Sobre todo en estos tiempos que corren, que requieren estar actualizándose constantemente y adquieriendo nuevos conocimientos para poder competir en igualdad de condiciones. Tus competidores no van a esperarse a vérselas venir. Seguro que están investigando mejorar para sus procesos productivos, administrativos, financieros… No puedes quedarte de brazos cruzados. Debes estar dispuesto a investigar, a leer y a documentarte constantemente para poder ser el mejor en todo lo que haces. Que comience la acción Tras la planificación, la investigación… Llega ponerse manos a la obra. Comprometerte con tu negociio sin escatimar esferzos o sacrificios. Lo primero de este apartado es proteger tu idea. No vale eso de ir contándosela a todo el mundo. En segundo lugar hay que pensar si queremos emprender solos o hacerlo con socios o amigos. En este último caso puede ser muy divertido, pero también traernos muchos dolores de cabeza si no se fijan de antemano una serie de pauta por escrito. En el supuesto de que nos asociemos hay que ver cómo se asignan las acciones. Lo que aporte cada socio tiene un valor y tiene que medirse. En tercer lugar está saber escoger bien al equipo que formará nuestro negocio. Se dice que los recursos humanos son el alma de la empresa. Por eso, es necesario invertir tiempo y dinero en contratarlos, también en retenerlos. Hay muchos empresarios que prestan más atención al equipo que a la idea en sí. En cuarto lugar está conocer el marco legal. Es fundamental saber que normas reglamentan la industria en la que se quiere comenzar y además hay que incluirlas en el plan de negocios. En quinto lugar está seducir al inversor, si queremos contar con uno o con varios. Siempre se ha dicho que no hay una segunda oportunidad para dar una buena impresión. Para visitar a un inversor se recomienda firmar un acuerdo de confidencialidad, elaborar un resumen ejecutivo y presentar el plan de negocios. Todo ello en un tiempo máximo de no más de 20 minutos. En este punto es importante planificar bien la búsqueda de inversores. Es un proceso que requiere su tiempo, entre tres y ocho meses. También está la cuestión de cuánto pedir. Hay que tener en cuenta que en la mayoría de los casos se está vendiendo humo o, lo que es lo mismo, proyecciones futuras. Hay que ser muy flexible en este aspecto. En sexto lugar están el tema de los impuestos. Es uno de los factores que no se suele analizar con profundidad. Un mal cálculo puede hacer que el negocio no sea viable o que se tengan que esperar tiempos mejores. Y acabamos este apartado de la misma forma que lo empezamos. ¡Acción! No hay que quedarse quietos, hay que ser innovadores para no quedarse atrás de la competencia. El ejemplo chino Sí, el ejemplo chino, porque en muy poco tiempo los negocios regentados por chinos se han multiplicado. A nadie le resulta extraño encontrar frente a negocios tradiciones personal chino. Ya no sólo están los restaurantes chinos típicos, han sumado tiendas de ropa e incluso han acabado por regentar negocios tradicionamente españoles como los bares de toda la vida. Sin olvidar que se han convertido en compradores activos de viviendas que muchos ciudadanos hoy no se pueden permitir. Pero ¿cómo lo han hecho si han llegado aquí con lo puesto y han conseguido convertirse en millonarios en menos de 10 años. Para los chinos no hay crisis que valga. Contestando a la pregunta de cómo lo han hecho, hay que apuntar una serie de reglas que cumplen a rajatabla. 1-Trabajar duro. Para ellos los primeros años no existe más vida que la del trabajo a casa. Saben que es un precio que tienen que pagar para lograr la recompensa. 2-Son muy inquietos, siempre quieren aprender. 3-Son ambiciosos y tienen aspiraciones. Están dispuestos a hacer el sacrificio que sea necesario para conseguir sus sueños. No les importa ser empleados durante años, porque tienen en mente el objetivo de tener su propio negocio. 4-Conocen de primera mano todo lo relativo al dinero. Son muy cuidadosos a la hora de gestionarlo. 5-Ahorran todo lo que pueden y más durante los primeros años, controlando los gastos innecesarios. 6-Al igual que los americanos tienen una cultura emprendedora. Una vez tienen el dinero necesario emprenden su propio negocio. 7-Trabajan todos los días en busca de la perfección para dirigir su negocio y hacer el trabajo. 8-No menos importante es que se ayudan entre ellos. No suelen acudir a los bancos, piden ayuda a los más cercanos. De hecho, los que han sido ayudados están obligados a ayudar a otros. 9-Se premian. Conforme van consiguiendo sus metas suelen ser ya más flexibles con el control de los hastos. 10-Son humildes. No presumen de los que tienen o han conseguido. ¿Emprender para salir de la crisis? El Gobierno no deja de afirmar que los emprendedores serán los principales artífices de la salida de la crisis en España. Algo que muchos emprendedores creen exagerado porque se necesitan reformas estructurales para que sea posible. Sin embargo, los empresarios que han tenido éxito creen que la Ley de Apoyo al Emprendedor y su Internacionalización, aprobada hace unos meses, servirá para fomentar la hoy escasa cultura emprendedora que existe en España. Algunos consejos que dan estos empresarios de éxito son los siguientes. -Es hora de invertir. -Hay que contar con un buen equipo y cuidarlo. -Método error-prueba. -Buscar negocios inexistentes en nuestro país. -Visión global y a largo plazo. -No decepcionar nunca al inversor. -Contar con un buen asesoramiento legal En resumen, fuera miedos y a lanzarse a la aventura de emprender. Las claves está ahí, sobre la mesa.