
La atención al cliente es uno de los aspectos más importantes de la empresa, porque es la que permite que se ofrezca un buen servicio. Para poder ofrecer la mejor atención hay que ofrecer una sonrisa, ser amable y cordial. Hay que aprender a conocer a los clientes para poder ofrecerles lo que necesitan, darles la razón sin perder, adquirir las suficientes capacidades para saber qué es lo que es mejor para la empresa y el cliente. En ocasiones, la atención al cliente se basa en ofrecer asesoramiento a la persona con respecto a lo que ofrece la empresa, e incluso algunos consejos de utilización. Pero en otras también consiste en saber manejar las reclamaciones de los clientes, sin perder los nervios y en ocasión incluso dándole la razón aunque no lo tenga y aunque con ello se pierda dinero o beneficios (aunque no debe ser algo generalizado). En ocasiones simplemente es tener presencia y en otras se necesitan unas buenas habilidades de marketing estratégico. Pero todo ello enderezado con un saber estar, con amabilidad y una sonrisa, porque a muchas personas les gusta comprar entre sensaciones. El cliente es básico y se debe tener siempre presente, por eso existe la frase de que “el cliente siempre tiene la razón”. Hay que ponerlo por encima de todo, hay siempre dentro de unos límites razonables. Y por supuesto, todo lo que se promete se debe cumplir, por ello es muy importante intentar no hacer falsas promesas ni exagerar descaradamente características del producto o decir cosas que no son verdad. El lenguaje que se ha de utilizar con los clientes ha de ser entendible, no ordinario pero sí “de la calle”, o al menos adaptándose al cliente. No hay que decir palabras demasiado técnicas, ni utilizar palabras demasiado calculadoras, sino mostrar cercanía a la vez que amabilidad. Las personas que traten con los clientes deben estar familiarizadas con la correcta forma de tratar con los clientes, e incluso con las técnicas y formas de actuar de la empresa. Puede ser bueno tener una política empresarial al respecto. Y por supuesto, la empresa ha de ser única en este aspecto, darle su propio toque personal que le diferencie de las demás en algo. Y si se consigue dar más de lo que esperan, los clientes caerán rendidos a la empresa. El tiempo que se le dedique al cliente tanto en una tienda como con email o por teléfono debe ser el que necesita. Y si es atención por teléfono sería mucho mejor tener disponible una opción para llamar de forma gratuita, o ser la empresa la que llame al cliente. Hay que cuidar todos los detalles porque, como ya hemos dicho antes, el cliente es importante, y aunque haya quien piense que “por uno no pasa nada” no sabe cuánto se equivoca.