
Antes que el problema llegue a mayores, es necesario reconocer cuáles son los trabajadores desmotivados en la empresa. Algunos se desmotivan desde el inicio, otros con el paso del tiempo y otros tantos por alguna razón en concreto. Todo esto se puede solucionar, pero hay que conocer cuáles son las personas que no están motivados en el trabajo. ¿Cómo detectar a un trabajador desmotivado?
- Porque es una persona que se limita a cumplir órdenes, a rendir en su trabajo al mínimo posible pero no menos de lo que corresponde. Es alguien que no da más de lo que tiene que dar. No plantea propuestas, no hace observaciones, no pregunta dudas.
- Tiene una actitud negativa. Ya no se compromete tanto, simplemente se dedica a ir al trabajo sin más. No plantea soluciones. Lo peor es cuando contagia su espíritu negativo a los demás.
- Toma el trabajo como algo monótono, rutinario. Y eso se nota. No se le ve la pasión por su trabajo, más bien las ganas de marchar cuando antes al cumplir su jornada laboral.
- Es menos productivo que los demás. Hace lo que la empresa necesita, pero nada más. Otras personas pueden llegar a dar más allá incluso de sus propias posibilidades y plantearse nuevos retos. Esta persona no. Simplemente trabaja, y además no lo hace más allá de lo que considera que vale su trabajo.
- Es menos productivo de lo que era anteriormente. Puede que antes rindiera más y llegara a un nivel de productividad y rendimiento mayor; por eso se nota que esto ha cambiado y ya no rinde lo que antes.
- Tiene absentismo emocional. No es como antes, no se compromete, no se involucra. Se siente diferente de lo que antes era. No tiene la pasión del principio.
- Sale siempre a su hora del trabajo, no está dispuesto a trabajar más. Y de hecho, si puede, incluso puede llegar a salir unos minutos antes. Y por supuesto, llega a su hora, nunca antes.
- Crea un mal ambiente de trabajo. A veces queriendo y otras sin querer. Pero da lugar a malos momentos en el lugar de trabajo.
- Abandona la empresa. Este ya es el último paso de la desmotivación, en el que la persona se da cuenta de que ya no tiene más que hacer allí y decide abandonar.
No hay que abandonar a los empleados ni despedir a nadie porque se encuentren desmotivados, y especialmente si tienen mucho talento, sino que hay que descubrir cuál es la causa de esta desmotivación y dar con la solución.