
Hacer una contabilidad B no sólo es un riesgo, sino que también es ilegal. Aunque podemos decir que riesgo muy poco si se hacen las cosas “bien”, ya que según los expertos todo es muy fácil de ocultar, y sólo se suele descubrir si alguien quiere que se descubra (o con despistes importantes). Por ejemplo, si ingresas 3000 euros al mes y declaras 2000, te es muy fácil esconder esos 1000, pero si ese mismo año te compras un coche deportivo de alto precio lo más probable es que se acabe sospechando algo. En mayor o menor medida, es algo que muchas personas hacen, algunos por avaricia, otros por no pagar los altos impuestos que existen y otros porque no pueden permitirse declararlo todo. Sea cual sea la razón, no estamos aconsejando hacerlo a nadie, sino que vamos a mostrar cómo hacen las personas que ocultan parte de su contabilidad, entendiendo así por qué no es tan fácil de detectar. La contabilidad B se basa principalmente en la discreción, en ocultar ciertos ingresos y hacerlo de una forma lógica. Si se hace como se “debe hacer” nadie se enterará, al menos que quien lo conozca lo cuente o cometa un fallo importante. Hay inspecciones aleatorias, claro que sí, pero escondiendo el dinero no tienen ni por qué descubrirse en ellas. Si se quiere evitar impuestos, y por ello se ocultan parte de las ganancias, lo que se hace es no dejar rastro ninguno de los ingresos. Por eso mismo, se recibe el dinero en efectivo. De esta forma, siempre que no se vaya a ingresar el dinero después, no queda rastro del dinero. Por supuesto no se hace factura. Y quien la hace, suele hacerlo con datos falsos (acción ilegal). Hacienda dice que no se puede cobrar en efectivo más de 2500 euros, y si la parte que los paga lo declara no recibirá ninguna infracción, pero ¿si se supera esa cantidad y nadie lo cuenta? El que lo comunica se exonera de la sanción, pero ¿cómo iba a saberlo Hacienda para sancionarle?, el que los cobra no va a tener ningún interés en declararlo ¿por qué iba a correr riesgo quien los paga? En este caso hablamos más de 2500 euros (menos los no residentes para fomentar el gasto del turismo, que pueden pagar más). Si lo que se quiere ocultar es dinero de actividades ilícitas, o se hace en efectivo ocultando el dinero, o lo que se hace mucho es mandar el dinero a paraísos fiscales. Incluso algunos crean empresas, algunas de ellas incluso llegan a ser sociedades durmientes, para crear facturas ficticias que les hacen legalizar los recursos que se han obtenido de forma irregular. Eso sí, hay que hacer las cosas bien, porque si se paga por un informe concreto lo mejor es “hacer algo” (aunque sea una tontería, que después pasa lo que pasa). Algunas empresas abonan retribuciones complementarias para evitar que se las considere rentas de trabajo y así evitar el irpf. Eso sí, también hay que tener en cuenta los límites existentes ya que si se excede hay que tributar. Con la nueva amnistía fiscal, algunos han decidido legalizar dinero obtenido legalmente que no habían declarado antes. Pero esto también puede ser un riesgo… Hacer este tipo de contabilidad es bien sencillo. Por un lado, se hace la contabilidad oficial, y por otro (a parte, donde nadie vea) la contabilidad B. Si se hacen ambas contabilidades es precisamente para controlar bien los gastos e ingresos y poder detectar anomalías o campos de mejora. Lo mejor es hacer las cosas legalmente. Aunque ya sabemos que hay quien “prefiere arriesgarse” o que sabe (piensa) que no lo van a descubrir. Se están haciendo muchas cosas por combatir el fraude fiscal, pero siendo sinceros, mientras el iva y el irpf estén tan altos, e incluso suban, serán cada vez más las personas tentadas de a declarar sus ingresos como corresponde. No lo justificamos, no decimos que esté bien, simplemente es la realidad.