
Para ser un buen vendedor hay que intentar conocer muy bien el producto que se vende, con sus ventajas y sus desventajas, tener una gran capacidad de comunicación y labia además de carisma. Así mismo, debe recurrir a la motivación para no dejarse vencer. Conocer todas las características del producto que se quiere vender es una de las principales claves para poder vender, ya que se tiene respuesta a todas las posibles preguntas, se está preparado para cualquier cuestión y se puede intentar realzar las bondades de aquello que promocionan. Otra de las claves de un buen vendedor es conocer al cliente. Existen muchos tipos de clientes y hay que saber cómo es cada cliente para saber cómo tratarlo y cómo enfocar la venta. Para ello, un buen vendedor ha de ser un buen conocedor de la condición humana y un buen observador. No sólo ha de vender el producto sino también su propia personalidad, tiene que llamar la atención del potencial comprador. Para ello debe dar a conocer sus mejores competencias y además ha de tener una buena presencia. Esto no quiere decir sobreactuar, hay que dar lo mejor de sí pero siempre que surja la ocasión. Hay que aprender a controlar el propio lenguaje corporal y eliminar los tics o muestras de nerviosismo, la seguridad es clave. Además, es muy importante saber dar con la persona adecuada, la persona que toma las decisiones para así evitar la excusa de “tener que consultarlo”. Por eso, se debe indagar si la persona que atiende está capacitada para tomar decisiones o cuándo se puede hablar con ella. Un buen vendedor debe mantener siempre el control, por mucho que quiera llevar la iniciativa el cliente, de hecho en ocasiones lleva el control haciendo al cliente ver que lo tiene él. Siempre hay que llevar la iniciativa, ya que de otra forma se puede acabar perdiendo la venta. Incluso el mejor vendedor se plantea ensayar su discurso, lo prepara a la perfección y piensa en las respuestas a preguntas clave, además lo perfecciona conforme va avanzando en el trato con los clientes para utilizar lo que mejor funciona. Hay que tener mucha paciencia, ya que según el tipo de cliente habrá que explicar más el producto, tratar con clientes que sólo quieren hablar ellos, con clientes descontentos y con muchos tipos de personas. La paciencia es clave para llegar a la venta, y la paciencia es clave para los momentos en que no hay venta o para los días improductivos. También hay que mantener la calma, no perder los nervios. ¿Cómo puede ser una persona “del montón” un buen vendedor? La necesidad asola, y por eso muchas personas se decantan por introducirse en el mundo comercial porque es allí donde hay una buena cantidad de ofertas de trabajo. Lo primero que hay que hacer es reforzar la autoestima, conocerse a sí mismo y valorarse.