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Cómo crear un equipo desde cero
Da igual la cantidad de personas que compongan tu negocio, es necesario que aprendas a gestionar bien el equipo. Muchos errores futuros se podrían evitar si desde un inicio tuviésemos claro qué es lo más importante a la hora de formar un grupo. Debes saber que todo el proceso se basa en tres aspectos:
- El espíritu de equipo.
- La estrategia.
- La comunicación.
1. Qué es el espíritu de equipo y por qué es importante
Recuerda por un momento la frase de los tres mosqueteros: «todos para uno y uno para todos». Eso es el espíritu de equipo. Esa frase implica que cada integrante ayudará a cualquier otro compañero y se comprometerá a esforzarse por el grupo. Y eso, ¿cómo se logra? Te respondemos con otra pregunta: ¿qué puede llevar a una persona a establecer un vínculo así con el resto de miembros? La confianza, el sentimiento de pertenencia, la implicación y la tranquilidad.
Confianza = Sensación de luz verde.
La base de un trabajo en grupo eficaz es la confianza. A simple vista, esto puede ser interpretado únicamente como que cada miembro del equipo debe confiar en las capacidades de los demás. Es correcto, pero insuficiente. El conjunto debe confiar en que surja el problema que surja, el equipo va a estar ahí para echar una mano. Aquí no estamos hablando de resultados, sino de sentirse respaldados. A veces, hay situaciones que no tienen solución o no dependen de nosotros, pero el grupo debe mantenerse unido y apoyar al integrante que tenga el problema.
Implicación = «mis errores, son tus errores».
Esto nos lleva de la mano al siguiente punto. No hay cuestión que más pueda atacar a la unión del grupo que la falta de implicación. La expresión máxima de esta situación es cuando escuchas frases del tipo: «eso no es problema mío» o «eso no era mi responsabilidad». La persona que en ese momento esté inmersa en el problema se sentirá abandonada. Y esto conllevará que cuando otro compañero tenga un inconveniente, se desentienda de la misma manera.
Tranquilidad = líder que entiende el error.
Uno de los grandes males de muchas empresas es el miedo. El miedo a un castigo o al escarnio público es mucho más habitual de lo que podamos pensar. Muchísimas personas se muestran reacias a participar en cualquier actividad en equipo porque tienen miedo a hacerlo mal. Aunque el miedo a la reprimenda suele ser el que más bloquea. Y la causa más habitual de esto es un líder que no acepta el error como parte natural del trabajo. Debemos esforzarnos en minimizar los errores, pero eso no significa que haya que realizar búsquedas de culpables. Los esfuerzos deben dirigirse a encontrar soluciones, no a quién lo hizo. Al desaparecer el miedo, el equipo se mostrará más participativo y aportará con libertad más ideas.
Sentimiento de pertenencia = el fracaso y la victoria es de todos.
Los tres puntos anteriores nos llevan a este. La confianza, la implicación y la tranquilidad harán que cada miembro se sienta valorado y orgulloso de pertenecer al equipo. Este sentimiento de pertenencia reforzará la motivación por conseguir resultados grupales todavía mejores.
2. Cómo trabajar en grupo: la estrategia
Un equipo jamás podrá desarrollar una tarea de manera eficiente si el proceso productivo no está claro. En estos casos, es habitual el ver cómo hay disparidad de criterios a la hora de realizar o gestionar un trabajo. Esto no solo generará dudas en el resto del equipo, sino que antes o después surgirán errores. Para evitar que esto pueda ocurrir, todo el grupo debe tener claros los siguientes puntos:
- Objetivos: tanto grupales como personales.
- Funciones: tanto las propias como las del resto de integrantes.
- Quién toma las decisiones: no solo puede decidir el líder. Si la persona responsable se ausenta, siempre debe quedar una persona que asuma esa responsabilidad.
- ¿Nuestro grupo está equilibro o falta algún perfil? El experto en equipos, Meredith Belbin, estableció que para que un grupo fuese eficaz debía contar con miembros que cumpliesen con 9 roles.
Solo dejando bien especificadas estas cuatro cuestiones, muchísimos problemas que se dan en los equipos desaparecían.
3. Cuáles son los canales de comunicación
No, no es una obviedad. Al igual que cada persona debe estar al corriente de cuáles son sus objetivos y funciones, es necesario que se definan vías de comunicación. Para mejorar la eficacia del grupo se deben realizar reuniones periódicas donde se analice qué es mejorable. Todos los miembros deben tener espíritu crítico, pero tampoco hay que caer en el ataque fácil. Hay que vigilar que la persona a la cual se está valorando no se sienta juzgada. El equipo debe escuchar su punto de vista y los motivos que la han llevado a actuar de esa manera. También es esencial que se cuenta con ella a la hora de tomar decisiones, debe sentirse parte de la solución. Como líder, recuerda siempre estar atento y observar si alguien permanece callado. Todos los miembros del equipo son igual de importantes y así lo deben sentir.
¿Cada cuánto debe reunirse el equipo?
Siempre es necesario definir cada cuánto se va a juntar el equipo y el objetivo de la reunión. Si no se establecen metas se cae en el error de hablar de todo y de no extraer conclusiones. Según las necesidades de tu empresa, puede ser interesante establecer distintos tipos de reuniones:
- Diarias para fijar los retos del día: también son útiles para analizar pequeños errores del día anterior o motivar.
- Semanales o mensuales: para estudiar los resultados durante ese período.
- De urgencia: ante un problema el grupo necesita unirse para tomar una decisión.
¿Está tu equipo preparado para gestionar una crisis?
Siempre estamos expuestos a que se den situaciones que no podemos prever. Parece increíble, pero de un minuto para otro puede surgir un problema y debemos estar preparados para ser capaces de encargarnos de la situación. Te será de utilidad tener siempre previsto lo siguiente:
- Quién es el líder: si no está el responsable, con anterioridad debe estar decidido quién tomará las medidas necesarias.
- El pacificador: en tu equipo debe existir alguien más conciliador y diplomático que los demás. Deja a esta persona encargada de las negociaciones.
- El continuador: que haya surgido un problema no significa que la empresa se deba parar o colapsar. El resto de integrantes deben estar preparados para ser capaces de seguir con la rutina del día.
Cómo potenciar el trabajo en grupo dentro de tu empresa
Mal o bien nuestro grupo de trabajo ya está funcionando. No hay que llevarse a engaño, conseguir la cooperación del equipo lleva tiempo. Como vimos antes, la base del equipo se fundamenta en la confianza y la implicación. Dos sentimientos que no se darán hasta que los integrantes se conozcan y empiecen a compartir experiencias juntos. Con esto no queremos decir que nos tengamos que quedar de brazos cruzados viendo pasar el tiempo. Desde el primer momento , debemos analizar cómo se desenvuelve el grupo e intentar reforzar los aspectos en los que más flojeemos. Para eso existen ejercicios especiales denominados dinámicas de grupo. El objetivo de este tipo de ejercicios es que el equipo estreche lazos al ir conociéndose más. En un equipo recién formado es interesante desarrollar dinámicas que impliquen que cada miembro explique quién es o qué le gusta. Lo lógico es que aparezcan intereses compartidos, lo que favorecerá la comunicación. En grupo ya formados o en los que ha surgido algún conflicto es conveniente establecer dinámicas enfocadas a reforzar la confianza. A todos nos viene a la cabeza la imagen de la persona que se tira de espaldas siendo recogida por el resto, pero hay muchísimos más ejercicios. Una dinámica que funciona muy bien es la del Lazarillo. Mientras a una persona se le vendan los ojos, otro tiene que ir guiándola por medio de indicaciones. Luego, deben intercambiar posiciones. Por medio de este juego conseguimos dos cosas: reforzar la confianza y aprender a entender cómo el otro se comunica. Tanto el «ciego» como el guía deben ser capaces de entenderse si quieren llegar a la meta. Si te interesa conocer otras dinámicas de grupo, en este post sobre cómo mejorar la comunicación del equipo encontrarás más.
¿Trabajar en grupo ya te parece más sencillo?
Ahora ya tienes todas las claves para poder crear un equipo unido y comprometido. Empieza a aplicar todas las ideas que te hemos dado, ya verás como dentro de poco el ambiente y los resultado de tu empresa mejoran. Si en tu negocio trabajar en grupo es algo divertido y genial, no dejes de contárnoslo en los comentarios. Estaremos encantados de escuchar tus secretos.