
Tratar con clientes difíciles a veces se convierte en más trabajo que el propio trabajo que se realiza. El cliente impaciente en una tienda es aquel que entra y lo quiere todo al momento, no quiere esperar, el cliente impaciente online es aquel que pide un producto o servicio y lo quiere al momento, como sabe que no es posible acaba cediendo a los plazos fijados pero después le viene la impaciencia, quiere todo al momento y bien pero eso no es posible. Imaginemos que un cliente te encarga un diseño web que te puede llevar 10 días. El cliente lo quiere para ya, no puede esperar, aunque en realidad en ese momento no lo necesite para nada, pero aún así acepta los 10 días de plazo de entrega. Como sabemos, muchos trabajos no se pueden ver bien completamente hasta que están finalizados. Al día siguiente el cliente te escribe para decir cómo has avanzado, a los 2 días te escribe para ver si has acabado, a los 3 días te escribe para decir que no has finalizado el trabajo. Si ve que tardas en contestarle se desespera, aunque sea domingo, le da igual, lo suyo es lo más importante. Esta es una situación en la que muchas personas, y no sólo diseñadores web, se pueden ver reconocidas y pueden reconocer fácilmente, a veces exagerando a veces incluso la realidad es peor, lo que es un cliente impaciente. El problema llega cuando aparecen las humillaciones, los insultos, las amenazas, el si no lo acabas ya voy a hacer tal… La verdad es que se puede convertir en una situación bastante problemática. Cuando se trata de clientes impacientes en un local hay que saber manejarlos, a este tipo de clientes hay que tratarlos atendiéndolos lo antes posible pero sin abandonar a los que estaban antes. Incluso, si es necesario mientras se atiende a otro se le puede preguntar qué es lo que necesita ofreciéndole lo que es si lleva poco tiempo para así atender con más tranquilidad a los demás y no perder a este cliente. Cuando se trata de un cliente por medio de internet o en la distancia, aunque parezca difícil, la situación se puede volver más agresiva y difícil de manejar, porque el cliente puede ser más impaciente y tener desconfianza. Ante todo debes saber una cosa, si es que manejas servicios “O lo haces bien o lo haces rápido” Se puede caer en la tentación de hacer las cosas medio bien para tener algo cuando el cliente lo pide, aunque esto a veces es peor porque el cliente pensará que se tarda y encima para él está mal. Se puede seguir trabajando aunque el cliente no vea avances para finalizar el trabajo en el momento pactado, pero quizá en el camino se pierda al cliente que no se cree nada. Lo mejor es poner bien claras las condiciones desde el principio e indicar al cliente que hasta el plazo de entrega no verá nada, que tiene que esperar esos x días para poder ver avances. Es algo que muchos clientes no saben afrontar, pero sólo les queda asumirlo o renunciar al proyecto, en todo caso cualquiera de las dos opciones es mejor que llevar adelante un proyecto que sólo puede traer problemas. Es importante indicar las condiciones de la negociación por escrito y dejarlas bien claras al cliente, saber que las ha entendido.