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Cómo tratar con tu jefe

La importancia del liderazgo jefe
Existen muchos tipos de jefes y por ello se puede hacer más difícil tratar con alguno de los jefes, pero no por ello imposible. Hay que saber cómo es cada jefe para saber cómo tratarlo, pero principalmente lo más importante es tratar al jefe con respeto y acatar sus órdenes. Es necesario fomentar una buena relación con el jefe, no sólo por razones evidentes sino también para crear un buen ambiente de trabajo. El jefe coercitivo es aquel para el que lo importante son los resultados, por ello hay que hacerle notar que se le dan resultados, no enfrentarse a él pero tampoco mostrar debilidad. El jefe orientativo es aquel con empatía, capacidad de adaptación al cambio y confianza en sí. Tan sólo hay que hacer caso en lo que dice, ya que sabe lo que quiere y lo que es bueno. Existen muchos tipos de jefe, por lo que lo importante es saber reconocerlos, saber cómo son y lo que quieren, y saber cómo tratarlos en base a todo esto. Es necesario también saber qué es lo que se quiere y ser claro con el jefe, de manera que conozca todo lo relacionado con el aspecto laboral. Es bueno irle comunicando noticias, nuevas cosas de interés y todo lo que sea necesario, para que se encuentre siempre informado de lo que pasa en su empresa, esto no quiere decir que se hable del trabajo de otros ni de otras personas. Se puede fomentar una buena relación con el jefe, en la medida de lo posible, pero sin buscar una relación de amistad sino más bien una buena relación de trabajo. Al igual que tratar con clientes difíciles, tratar con un jefe difícil es una situación complicada, pero que si se sabe manejar incluso puede hacerse a favor. Un jefe difícil generalmente querrá lo mejor para la empresa, aunque a veces no sepa qué es lo mejor, así que simplemente hay que dar los mejores resultados, mostrarle que sí se está trabajando bien y que todo es por bien de la empresa, no basta con hacer también hay que hacérselo notar. Hay que tener mucha paciencia, tolerancia o madurez, ya que de lo contrario se puede acabar cayendo en alguna provocación o haciendo algo de lo que después se arrepiente. Con un jefe complicado hay que tener paciencia, hablarle con respecto y buena actitud, utilizar un lenguaje positivo pero nunca que denote connotaciones negativas (problema puede ser incidencia que no suena tan fuerte), buscar el punto positivo incluso de sus errores y no insistir demasiado en el propio punto. Tampoco es bueno elogiarlo si no es necesario, simplemente educación y buen trato. Hay que hacerle propuestas de mejora para la empresa, de manera que vea que interesa lo que pase con la empresa, pero sin hacer ver esto como una amenaza, como “hay algo que está mal y sé como solucionarlo” sino como una oportunidad de mejora, incluso se puede buscar la manera de hacer ver que es idea suya.