
- El descuento del flujo de caja. Es el más sencillo de calcular, y de hecho se utiliza en la mayoría de las empresas en que se piensa vender la empresa, sobre todo las más jóvenes, y consiste en proyectar los resultados de los cinco próximos años dando un valor presente a ese valor. Se utiliza especialmente en PYMES.
- El método de múltiplos. Es la técnicas más indicada para compañías con una vida de al menos diez años con un histórico de resultados, por lo que se realiza en base al ebitda tomando los resultados del año anterior y del mismo año calculando lo que se podría tener en el siguiente, y en base a esto se multiplica por un número entre 3 y 7. Esta técnica es especialmente indicada para empresas que llevan varios años y ya han alcanzado su media de facturación año tras año, por lo que se esperan siempre unos resultados parecidos.
- Método por comparación. Consiste en valorar una empresa tomando como referencia operaciones cerradas de empresas con características similares en el sector, es un método para el que se requiere experiencia.
- El método patrimonial (también llamado valor de activos ajustados) hace referencia a valorar todos los bienes tangibles de la empresa. No tiene en cuenta los intangibles ni nada más que el momento, pero es un método de valoración que se utiliza en ciertas ocasiones.
Los elementos de la empresa a la hora de su valoración La empresa se compone de diversos elementos que se deben tener en cuenta a la hora de hacer su valoración y en cualquier momento, se deben tener en cuenta en función de lo que aportan a la empresa:
- Los elementos humanos (sueldos, contribuciones a la seguridad social, si se necesita más personal, perfiles, etc).
- Elementos físicos (local, maquinaria, material, stock, mobiliario, materias primas, etc)
- Elementos legales (seguros, licencias, patentes, etc)
- Elementos empresariales (proveedores, cartera de clientes, estrategias de marketing, riesgos, etc)
- Elementos tecnológicos (telefonía, equipos informáticos, programas informáticos, etc)
- Intangibles
- Elementos económico financieros
Los estados de la empresa de cara a la venta También hay que tener en cuenta los distintos estados de la empresa: Empresas en fase de liquidación, empresas con resultados negativos, empresas de reciente implantación y empresa en normal funcionamiento. En una empresa en fase de liquidación se debe tener en cuenta el valor de los activos de forma aislada. Un método que se puede utilizar es el patrimonial. Una empresa en normal funcionamiento puede tener en cuenta, según diversos factores, cuál es el método de valoración adecuado. Una empresa con resultados negativos debe tener un proceso de valoración más estudiado, teniendo en cuenta los costes de las medidas que se deben realizar para que la empresa tenga rentabilidad, importe que se debería restar a la valoración de la empresa estimada. Las empresas de reciente implantación no tienen historial de ventas, de resultados, así que ¿por qué lo vende su actual dueño? Hay que tener en cuenta este aspecto a la hora de hacer una valoración de la empresa, y tras esto hacer un estudio para valorar la empresa, generalmente de aspectos financieros y de costes. Para qué valorar una empresa Muchas personas pensarán que se debe valorar una empresa sólo cuando se va a vender o a comprar, sin embargo, existen otras razones importantes para valorar una empresa. Las adquisiciones y ventas de empresas son razones importantes para valorar una empresa, pero también lo son las fusiones, las herencias, las valoraciones fiscales y patrimoniales, la compraventa de acciones, la necesidad de financiación para la empresa, la valoración de activos intangibles, la capitalización de la empresa, las suspensiones de pagos y más. Existen muchas razones para valorar una empresa, por lo que es necesario tener en cuenta que la valoración de la empresa es muy importante.