Hablar de telefonía móvil, no es precisamente (aunque sorprendentemente aún muchos lo hagan) ya hablar de nuevas tecnologías, pues llevamos ya más de una década larga con estos aparatos entre nosotros. Pero sin duda hablar de telefonía móvil, es hablar del sistema de comunicación que más ha cambiado el mundo en los últimos lustros, y en el mundo de las empresas no iba a ser menos. Y es que los móviles en las empresas han adquirido una importancia no elevada, no, sino que han adquirido una importancia capital. Una importancia dado que le aporta múltiples ventajas y beneficios a las empresas en sí mismas, a todo el entorno que le rodea e incluso a sus empleados, a quienes les dota de mayor libertad y capacidad de movilidad, mejorando así su productividad. Y por todo ello los móviles en las empresas son imprescindibles. Pero obviamente se cometería un error y de una magnitud inmensa si solo se asociase las ventajas de los móviles en las empresas a la mayor facilidad de comunicarse estas. A la disponibilidad permanente y en cualquier lugar donde hacer y recibir llamadas. Pues hoy a todas luces un móvil es mucho más que eso. Es más, incluso puede que hoy lo último que sea un móvil, sea un teléfono en el que realizar llamadas. Así, los móviles en las empresas son imprescindibles por muchos motivos. Para tener conexión permanente a Internet, para planificarse la jornada o bien para orientarse a través del GPS. Estos son solo algunas de las infinitas opciones que hacen que estos pequeños cacharros sean la segunda piel de cualquier profesional. Una segunda piel sin la cual las empresas de hoy ya no podrían subsistir, ya no podrían relacionarse, una segunda piel que ha cambiado el mundo, y con él a las empresas.