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Consejos para negociar con ingleses

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No es fácil conseguir una entrevista con una empresa inglesa, así que si se consigue hay que aprovecharla al máximo. Si no se tiene contacto con la empresa, hay que dirigirse  a la propia empresa y no a una persona en concreto. Hay que tener en cuenta que las empresas inglesas sólo tienen reuniones con empresas con las que sí les puede interesar hacer negocios. Prepararse para antes de la reunión Los ingleses respetan mucho las costumbres y tradiciones. Utilizan lo mínimo el contacto físico, de hecho suelen tener relaciones muy formales en que se respetan las normas de cortesía. El trato es muy profesional, y prefieren tratar con personas en puestos senior ya que reacondicionan la edad con autoridad. Es muy importante vestir bien, de hecho valoran mucho la ropa de buena calidad (aunque no sea nueva), evitando las rayas y escudos. Hay que conocer a la empresa a la perfección, porque en base a ello se sabrá qué ofrecerle y cómo trabajan. No hay que intentar cambiarlos, hay que ofrecerles algo que esté de acorde a su propia forma de trabajar. Puede que antes de negociar, o antes de dar una respuesta, pidan listas de precios (en libras esterlinas) y catálogos de productos para conocer si realmente les puede interesar el negocio. Es importante conocer el inglés, ya que ayudará mucho en las reuniones, teniendo en cuenta las particularidades del inglés del Reino Unido. Si no se tienen conocimientos de inglés, se puede acudir con un intérprete. En el momento de la reunión La puntualidad es muy importante, hay que recordar que valoran mucho su tiempo. Por eso mismo, hay que conocer todos los detalles para llegar a tiempo a la reunión. Hay que hablar de usted y tratar a la persona como señor o señora siguiendo el apellido. Se da un apretón de manos breve y ligero para saludar, esperando mejor a que lo hagan ellos. Ofrecen té o café en las reuniones, aunque no toman a mal si se rechaza su oferta. Antes y después de las reuniones se suele hacer una pequeña conversación informal. Se pueden hablar de temas banales y se deben evitar los conflictivos. El tiempo puede ser un tema clave, aunque también les gusta hablar de su historia, deportes, animales y otros motivos de conversación. No se recomienda utilizar motivos emocionales, ya que no los tienen en cuenta, ni gesticular ni irse más allá de lo práctico. La negociación ha de ser muy formal, aunque en realidad las negociaciones no se suelen preparar en detalle. Si se ve que no miran directamente o hacen pocos gestos no es negativo, es lo normal para ellos. Se puede ir a la reunión con la última oferta como primera, ya que no utilizan el regateo, saben lo que quieren y a cuánto lo quieren sin más. Hay que conocer además que la calidad es más importante que el precio. Es posible que ni si quiera den opinión sobre la oferta presentada, aunque sí pueden hacer ciertas insinuaciones. Pueden permanecer impasibles. No les gustan las tácticas de negociación agresivas. Son muy tradicionales, y por ello prefieren propuestas con estabilidad y continuidad que aquellas innovadoras y que inciden en el cambio. Pero eso sí, prefieren lo que les funciona a corto plazo que las propias relaciones a largo plazo. Suelen pedir disculpas frecuentemente, incluso por pequeñas cosas, por lo que es conveniente hacerlo en cada momento en que sea necesario. Puede que tarden en tomar la decisión, incluso a conciencia. Aunque si la decisión es negativa lo dicen claramente sin problemas. Después de la reunión Si se lleva a buen puerto el negocio, los ingleses serán muy claros a la hora de decir lo que necesitan o piensan. Además, formalizarán el acuerdo de cara a la legislación de su país, por eso se va a necesitar contar con un abogado antes de ello y leer muy bien todas las cláusulas, ya que pueden existir penalizaciones importantes por incumplir el contrato. No suelen invitar a su casa ya que son muy celosos de su intimidad, aunque en caso de que se haga se puede llevar un buen vino o bombones.