
Actualmente, en un mundo cada vez más competitivo en que es necesario seguir innovando y trabajando para conseguir una mayor productividad ahorrando costes y mejorando la producción por persona, la prejubilación se convierte en una baza importante de algunas personas, que prefieren prejubilar a algunos empleados antes que despedir a parte de su plantilla con las consecuencias que para ambas partes supone. El proceso de prejubilación ha de ser personal e individual, no igual para todos y colectivo, ya que cada persona es diferente y requiere un tratamiento especial. Por eso, el proceso de prejubilación ha de ser lo más correcto y agradable posible, sin presiones a los trabajadores para que desistan. Es necesario mostrar a la persona que se reconoce todo lo que ha hecho por la empresa y reconocer su labor. Algunas empresas ofrecen como parte de los beneficios sociales de sus trabajadores los planes de pensiones, de manera que en el momento de la jubilación (no en la prejubilación) puedan complementar la pensión que tienen con una cuota privada por la que han cotizado. Hay empresas que deciden prejubilar a sus trabajadores a partir de cierta edad acordando con ellos un salario mensual que dependerá de la edad de los empleados, algunas de las cuales firman convenios con la Seguridad social para que los trabajadores no sientan recortada su pensión al llegar a la edad de la jubilación. Aunque son otras las empresas que prefieren jubilar a sus trabajadores despidiéndolos, de manera que agoten los años de desempleo y vivan con la indemnización que les ofrecen hasta que lleguen a la edad legal de jubilación anticipada. Otras esperan a que llegue la edad de jubilación anticipada de sus trabajadores. Algunas aprovechan los últimos años de los trabajadores para que transmitan sus conocimientos a los demás, e incluso a algunos los contratan de asesores externos. En todo caso, es importante que la empresa comunique a sus trabajadores sus intenciones en todo momento para que ellos sean conscientes de cuál será su situación. No hay que tener miedo a que los empleados quieran rendir menos al comunicarle una posible prejubilación, sino que se debe hablar con toda sinceridad intentando buscar lo mejor para cada parte y hacerle ver al empleado lo mucho que significa para la empresa. Hay empleados que están deseando que llegue ese momento y otros que no lo asimilan bien, y por ello hay que buscar la mejor forma de hacer ver que la nueva situación no tiene por qué ser mala, e incluso puede ser interesante ofrecerles el apoyo de un profesional. Reestructurar la empresa en épocas de baja producción, o en cualquier otra época para mejora la productividad, es algo muy común en los negocios, y por ello puede ser interesante designar una política y asignar recursos a preparar a los trabajadores para la jubilación… y para la prejubilación. En todo caso, hay que meditar y estudiar antes de tomar cualquier decisión que pueda afectar a los resultados de la empresa.