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Ecodiseño: Una tendencia que crece

En el mundo actual cada vez más se hace necesario que las empresas colaboren para mejorar no sólo el medio ambiente, sino también las posibilidades económicas y sociales de cada país, como así también del planeta en su conjunto. Es por ello que dentro del sector de la Responsabilidad Social Corporativa de las empresas se está convirtiendo en una verdadera tendencia mundial la incorporación de procesos que buscan dar respuesta a los inconvenientes socioeconómicos y ambientales. Tal es el caso del denominado “Ecodiseño”, que suele ser aplicado no sólo por aquellas empresas que comercializan productos, sino también a las compañías que ofrecen servicios. Es importante destacar que el Ecodiseño, también conocido como “diseño sostenible”, consiste básicamente en dar impulso a un proceso en el que se incluyen el uso de materias primas, la fabricación, la distribución y por supuesto el diseño final de los productos. ecodiseño En pocas palabras, el Ecodiseño apunta a la producción de bienes y servicios que satisfagan las necesidades tanto de los clientes como de nosotros mismos, al mismo tiempo que se utiliza la menor cantidad posible de recursos, lo que hace que su impacto sobre el medio ambiente y la sociedad sea mínimo. Básicamente, se trata de diseñar o rediseñar productos, servicios, procesos y sistemas, es decir pensar nuevamente la empresa, con el objetivo de evitar o reparar los posibles daños que se hayan o se vayan a producir sobre el medio ambiente, la sociedad y la economía global. Claro está que en principio, antes de considerar posible la incorporación del ecodiseño en nuestra compañía, debemos primero conocer las principales consideraciones ambientales básicas en las cuales se ha basado este concepto. En este punto, cabe destacar que el ecodiseño implica el uso de materiales que produzcan el menor impacto ambiental posible, como así también la reducción de materiales en general y recursos durante la fabricación de los productos, al mismo tiempo que incluye la creación de estrategias para lograr producir menos contaminación y residuos en nuestro entorno. Asimismo, el ecodiseño involucra la reducción de los impactos ambientales en el proceso de distribución de los productos, y debe garantizar que generarán un menor uso de recursos cuando sean utilizados por los clientes finales, causando menor cantidad de residuos y contaminación, a la vez que facilite la reutilización y el reciclaje, con lo que disminuye notablemente el verdadero impacto ambiental cuando es eliminado. Ahora bien, muchos se preguntarán cuáles son los beneficios que el ecodiseño puede aportar a nuestra empresa. En este sentido, es importante mencionar que las ventajas potenciales del uso del ecodiseño son las siguientes:

  • Reducción de los costes de producción y laborales.
  • Mayor eficiencia.
  • Reducción en inversión de materiales.
  • Reducción en los costos de recursos.
  • Reducción en los costes de eliminación de residuos.
  • Mejora en la funcionalidad y la calidad de los productos.
  • Mejor reputación para la empresa.
  • Aumento de la cuota de mercado.
  • Mejor desempeño ambiental.
  • Mejora en las relaciones con el cliente y los proveedores.
  • Mejora en el ambiente de trabajo y en lo que respecta a la cultura empresarial para su personal.

Por otra parte, en muchos casos el ecodiseño puede también brindarnos beneficios económicos indirectos, tales como el hecho de proporcionarnos una herramienta de marketing realmente eficaz en estos tiempos, y lograr fomentar la innovación y el desarrollo de los productos. El ecodiseño en el final de la vida del producto Un aspecto fundamental que debe ser tratado al implementar el proceso para alcanzar un verdadero ecodiseño en la empresa, se encuentra relacionado con el final de la vida del producto, es decir cuando el cliente bota la basura los elementos del producto que no le sirven, como sucede por ejemplo con los envases de gaseosas. En este sentido, el ecodiseño puede ser de gran ayuda para que nos aseguremos que nuestros productos puedan ser reutilizados o eliminados de una manera ambientalmente amigable y a la vez rentable. Aquí debemos destacar que existen dos tipos de productos. Por un lado aquellos que pueden seguir siendo utilizados al llegar al final de su vida útil, como sucede por ejemplo con ciertos equipos electrónicos. Tengamos en cuenta que los mismos pueden repararse, revenderse como una antigüedad, ser reacondicionados, o incluso ser parte de una nueva manufactura, es decir reutilizar los componentes básicos para construir un producto nuevo. Un buen ejemplo de esto es la reutilización de un reproductor de MP3 obsoleto como una unidad de memoria flash para almacenar datos. Es por ello que debemos diseñar nuestros productos de manera tal que permita este tipo de alternativas, para lo cual es imprescindible el uso de componentes básicos que no se estropeen rápidamente y que no se vuelvan obsoletos en corto tiempo. En el otro extremo nos encontramos con aquellos componentes que son parte de la comercialización de los productos, pero que no pueden ser reutilizados, como es por ejemplo el caso del packaging. En este sentido, debemos diseñar estos elementos con materiales reciclables siempre que sea posible, aspecto que a su vez podremos utilizar como punto a favor durante la comercialización de nuestro producto, ya que esto nos dará una imagen realmente positiva ante los consumidores. Es importante señalar que durante el proceso de creación y puesta en marcha del ecodiseño, deberemos evaluar cuidadosamente los impactos negativos que el diseño del producto pudiera llegar a tener, y en base a ello poder hallar los materiales más adecuados y los procesos de producción que más se ajustan a la nueva política de la empresa.