
- Tiene el papel de iniciador, ya que como se ha dicho, es el que crea una necesidad que hay que satisfacer posteriormente.
- Es un influenciador, es decir, promueve la compra.
- Es decisor, de entre todas las opciones que se le presentan para satisfacer sus necesidades, hace una elección de la mejor.
- Comprador. Cuando tiene clara la mejor opción, lleva a cabo la adquisición de la compra.
- Una vez que ha realizado la compra se convierte en un usuario.
Por ello, para que un cliente llegue a realizar todos estos «pasos» las organizaciones tienen un papel importante que desempeñar: deben orientar sus esfuerzos operativos y comerciales para que el resultado sea el de un cliente satisfecho con su adquisición. Dicho esto, hay que tener claro que no es el cliente el que depende de la empresa, sino la empresa del cliente. Es importante pensar que el cliente no es una persona que se dedica a molestar, sino que plantea sus necesidades para ser satisfechas por la empresa. Esta no le está haciendo un favor en su atención, sino que es una obligación atenderles y solucionarles sus problemas referidos al producto o servicio que se comercializa. La razón principal para que una empresa subsista en el mercado con el tiempo son ellos, sus clientes. Por lo que merecen el mejor trato y cortesía por parte de los miembros de la organización. Conseguir la fidelización de los clientes será la mejor recompensa. La importancia de la atención al cliente por medio de las redes sociales es en la actualidad una de las herramientas que mejor ayudan a las empresas a conseguir esa satisfacción. Hay que tener en cuenta que los clientes son muy diferentes unos de otros, por lo que el éxito de la empresa también depende del grado de diferenciación. Hacer sentir al cliente que es único, aportará mayores beneficios. Por lo que hoy en día, las empresas deben centrarse principalmente en la propia persona y no tanto en los productos que puedan ofrecer.
Tipos de clientes
Los podemos dividir en internos y externos a la empresa. Los clientes internos a la empresa, son las personas que están dentro de la organización. Se manifiestan de esa manera por el mismo proceso laboral que desempeñan. Reciben productos o servicios de otros sectores anteriores para ser utilizados en sus actividades operativas. Por otro lado están los clientes externos, son los que no pertenecen a la organización, la misma a donde acuden para solicitar la compra de servicios o productos que elabora la empresa. Son los que disfrutan de los servicios de la empresa, y con los cuales la organización tiene la oportunidad de tratar y hacer negocios. Categorizar a los clientes como internos y externos tiene su fundamento en la intención de mejorar su manejo para afianzar la fidelidad de éstos con la empresa. Con éste enfoque los clientes se presentan cada vez más exigentes, ya sea en el ámbito interno como en el externo. La empresa para conservarlos y lograr su fidelidad implementará estrategias internas y externas. Por lo tanto, una de las acciones que se debe llevar a cabo en las organizaciones es contratar y conservar los mejores empleados para promover su crecimiento. Deben realizar movimientos contínuos pero adaptándose a los cambios, ya que las tendencias y los gustos de los consumidores son muy cambiantes.