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El empaque del producto enfocado al marketing

El empaque del producto es el recipiente en que se encuentran los productos de manera temporal para su manipulación, transporte y almacenaje. El empaque también puede incluir el hecho de producir el recipiente o envoltura del producto además de diseñarlo para un mejor hacer. El empaque sirve para proteger el contenido, ofrecer información sobre ingredientes, composición, requisitos y condiciones de uso y más. Incluso se suelen aprovechar para la promoción del producto si se diseñan con este fin. Debe proteger, conservar y ser resistente. Puede tener un recipiente principal, uno secundario e incluso el de envío para almacenar, enviar e identificar el producto. Forma parte del empacado el etiquetado, que es la información impresa en el paquete. Importancia del empaque y su historia Si bien fue el siglo XIX el que revolucionó la industria del empaque con la aparición de la primera caja de cartón, las primeras bolsas industriales, latas, botes y la aparición del plástico; fue en el siglo XX cuando se ha sacado el mejor provecho del empaque como estrategia de marketing. El empaque como herramienta de marketing El empaque en mercadotecnica y marketing puede tener un gran papel, sobre todo porque se puede aprovechar a favor de la promoción y las ventas, para llamar la atención y diferenciar el producto. Las personas con un mayor poder adquisitivo empiezan a realizar más compras incrementando el consumo y demanda, esto incide en que el grado de conocimiento es mayor y el consumidor se vuelve más exigente, tiene en cuenta varios criterios de selección, uno de ellos puede ser el diseño del envase o la lealtad al producto. El empaque se convierte en un vendedor silencioso, importante pero no tenido en cuenta en muchas ocasiones. Los consumidores compran de acuerdo a las necesidades, valores y expectativas, y afortunadamente el empaque puede ser uno de los medios de transmitir esto al consumidor especialmente por medio del diseño. Es importante en este caso tener en cuenta tanto el atractivo visual que llame la atención a los clientes como la seguridad del producto en los transportes y todo el proceso de la venta, además de ofrecer una gran diferenciación con respecto a los demás productos de mismas características. Es importante prestar atención al diseño gráfico del empaque así como su forma. Los colores deben hacer destacar al producto desde lejos y haciendo diferenciar la marca, pero haciendo también que se reconozca fácilmente de qué producto se trata. Debe poder seducir al cliente, atraerlo a la compra, además de informar correctamente. No nos engañemos, hay personas que tendrán únicamente en cuenta el precio del producto, otros la marca, pero siempre habrá clientes que se sientan atraídos por el diseño del producto y lo compren aún a costa de pagar “un poco más”.