
En la medida que una serie de estrategias de mercadotecnia se estudien, adapten y apliquen en un sector concreto podemos estar hablando de un tipo de marketing diferente. Casi todos los sectores tienen como necesidad acercarse a su público objetivo y trasladarle las ventajas de adquirir un producto o servicio, pero para ello hay que tener en cuenta las necesidades propias de cada sector y negocio y poner en marcha una estrategia efectiva.
Cuando se trata de vender un producto físico, que se puede ver y tocar, conocer su calidad a través de sus materiales y diseños y ver sus posibles defectos, es más sencillo trasladar su valor a un público pero, ¿qué pasa cuando lo que se vende es un servicio? ¿Y cuándo se basa en un valor añadido?
Es el caso de las empresas que venden formación a un público determinado. Se trata de un producto que aporta un gran valor a quien lo adquiere, pero la competencia en este sentido es feroz. Hoy queremos hablarte del marketing académico y de sus principales características.
¿Qué Necesitas?
El marketing académico, vender valor
Cuando una persona quiere crecer profesionalmente o desenvolverse en una profesión concreta sabe que una de las mejores apuestas es invertir en su formación, tanto inicial como complementaria, porque le permite adquirir los conocimientos necesarios para luego ponerlos en práctica en el contexto de una compañía de éxito.
Hoy en día hay una gran oferta de formaciones muy diferentes, tanto regladas como sin esta característica, y a pesar de que esto es una ventaja obvia para los estudiantes, no lo es tanto para las empresas proveedoras de diferentes conocimientos. La competencia en materia formativa es muy importante, por eso aplicar las técnicas correctas de marketing en este sentido puede ser una inversión interesante para las empresas de este sector. Hoy queremos hablar de cómo el marketing académico puede suponer una ventaja para diferentes organizaciones.
La fase de estudio
Como toda buena estrategia de marketing, la del marketing formativo debe hacer un estudio de la situación de la empresa en la actualidad y de su entorno más próximo. Esto quiere decir que hay que hacer una valoración del mercado que contemple no solo el sector concreto de la compañía, sino también que estudie qué otras empresas se dedican a ofrecer la misma oferta de cursos.

Este paso es uno de los más importantes, ya que permite a las empresas formarse una idea de las oportunidades de negocio concretas y hacer una valoración de las mejores estrategias de promoción para poner en marcha y lograr beneficios cuanto antes.
Identificar al target
Uno de los pasos más importantes a la hora de orientar una serie de actividades formativas al mercado es identificar a qué segmento de la población puede interesarle. Es posible que este sea el paso más importante a la hora de establecer una estrategia de marketing académico, por eso debe ser tomado muy en cuenta por empresas de este tipo.
Para estudiar bien el target hay que hacer una segmentación correcta y lo más detallada posible. Para ello se trabaja por grupos de edad, estudios anteriores y aspiraciones, pensando en uno o varios buyer persona.
¿Qué son los buyer persona?
Son un prototipo de comprador o suscriptor con las características concretas de nuestro target al que se pueden dirigir nuestras acciones. Es importante establecer su perfil de la forma más adaptada posible, pensando en su edad, formación y gustos. Para el marketing formativo, encontrar un cliente tipo fiel es la clave de su éxito, por eso no hay que escatimar en acciones de estudio como estas.
Una mercadotecnia subjetiva
En el marketing formativo es más importante que nunca la imagen de marca. La asociación de conceptos con la empresa va a permitir que los alumnos identifiquen determinados adjetivos con los cursos que se ofrecen. Lo más importante es transmitir prestigio, por eso el objetivo de la mayoría de negocios de este tipo es conseguir el mayor número de recomendaciones y certificaciones. De esta forma, el departamento de marketing de una empresa de este tipo debe buscar constantemente colaboraciones con otras compañías que puedan, por una parte recomendar sus cursos, y por otra ofrecer prácticas o recursos para sus alumnos.
De esta manera, cuantas más líneas colaborativas se cubran y más oficiales sean sus prestaciones, más ventajas supondrá para el usuario final y más ventas se cerrarán.
La comunicación interna también es importante
En el marketing de formación no solo hay que centrarse en trasladar las ventajas del producto a un usuario externo, sino también de cuidar las relaciones con los alumnos. Así, se consigue una recomendación por parte de los clientes que son usuarios de un servicio concreto y se aumentan las probabilidades de que un alumno decida inscribirse en otro curso o recomiende a otro su compra. Para ello, se pueden crear campañas con descuentos o formaciones exclusivas y sobre todo disponer de un buen servicio de atención al cliente que resuelva todas las dudas y problemas de los inscritos.
El marketing académico es una disciplina que intenta estudiar la mejor forma de dirigirse a un público muy exigente, que tiene a su alcance un montón de oportunidades formativas. Trabajando de forma correcta, se puede conseguir posicionar una empresa como referente en este sector, pero si no se hace un análisis de las necesidades concretas y no se consiguen certificaciones y colaboraciones el trabajo puede ser en vano.
En la actualidad, las nuevas tecnologías han propiciado el nacimiento de empresas de este tipo, que aprovechan un medio barato y efectivo para dirigirse a sus usuarios. Es por ello que la competencia dentro del sector de la formación se está haciendo cada vez más feroz, y el marketing académico cobra cada vez más importancia. Saber trabajar las carencias y puntos fuertes del programa formativo concreto de una empresa permite crear estrategias que pueden funcionar tanto a corto como largo plazo y generar la confianza de los posibles consumidores de esta clase de servicios.