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El plan de empresa es tan sólo un documento

Nunca me ha gustado sacralizar nada, y nunca me ha gustado que algo se tome como dogma de fe, y ello también sucede con la realización de un plan de empresa para un  nuevo negocio que queramos iniciar. Pues si bien, acepto y reconozco la validez del plan de empresa como una herramienta de apoyo para el futuro empresario, tampoco hemos de elevarlo a la categoría de escritura sagrada como muchas veces sucede. No nos engañemos, un plan de empresa, es simplemente eso, un plan, un documento que nos debe de servir de guía para iniciar y desarrollar en los primeros pasos nuestro negocio y que se tornará indispensable, eso sí, sí pretendemos ir a buscar financiación o demás, pues nos lo exigirán para evaluar nuestro proyecto, nada más. Y es que digo este nada más (que ya es mucho), pues muchas personas se piensan que esto del plan de empresa, es como la guía que nos guiará hasta el éxito más absoluto o la panacea a todos los problemas que nos puedan devenir en el día a día empresarial, y no es así. Un plan de empresa es un plan en el que se establecen las guías básicas de nuestro negocio, pero no es la empresa en sí misma, y de nada servirá tener un fabuloso, fantástico y maravilloso plan de empresa, si luego no sabemos desarrollarlo o si la idea en el plan de empresa planteada no es la adecuada. Crear, dirigir y hacer crecer un negocio no son siempre un “dos más dos igual a cuatro”. Crear, dirigir y hacer crecer un  negocio requiere de una gestión, de un día a día, de unos imponderables, y depende de unas habilidades y capacidades que en ningún papel escrito pueden figurar. Así que estará muy bien que desarrollemos un plan de empresa, y desarrollar un buen plan de empresa seguro que nos permitirá poner cosas en claro y tener siempre ese manual al que acudir. Pero por favor, de eso a hacer que el plan de empresa es el que inamoviblemente marque nuestros destinos media un trecho.