
Cada día somos más los profesionales que ya no requerimos de pesados esquemas y podemos denominar obsoletas determinadas estructuras organizativas para desarrollar nuestra carrera profesional o para crear y dirigir nuestras empresas. Cada día somos más los profesionales de carácter itinerante, aquellos que tienen una empresa en cada puerto y un negocio en cada lugar. De toda la vida ha existido el profesional que trabajaba a distancia, pero primero, era para algunas profesiones en concreto y segundo se alejaba mucho del concepto de trabajador a distancia actual o de profesional o empresa que no requiere de amplias estructuras para subsistir o desarrollarse. Así, si antaño hablar de trabajar a distancia, era hablar de un comercial que trabajaba por las calles o de un profesional que trasladaba su trabajo a otro lugar como extensión de su oficina, ahora a lo que nos referimos es a un cambio de modelo en sí mismo. Un cambio de modelo en sí mismo, pues ya no estamos hablando de una extensión de la oficina fuera de ella o de hacer cuatro papeles sin estar en el despacho, hoy en la actualidad nos referimos al propio despacho, a la propia estructura como un ente itinerante en sí mismo. Me explico, en la actualidad, ya no es que el profesional pueda trabajar más o menos a distancia, es que la misma oficina o empresa puede ser a distancia. Son ya muchos los casos en los que no se requiere de un espacio físico para prestar nuestros servicios y son muchas las posibilidades alternativas a lo que se entendía en el pasado cuando este espacio se requiere. Así oficinas o secretarias virtuales, centros de negocio, portátiles, tabletas y otros dispositivos de conectividad permanente y móvil, centros de almacenaje subcontratados (espacios por si requerimos almacenar algún material o algo), son algunas de las opciones que nos permitirán mantener un negocio al máximo nivel y sin contar apenas con estructura propia. He de reconocer que soy un enamorado de este tipo de planteamiento de modelos de negocio, y he de reconocer que soy de los que cree firmemente en que este modelo es extrapolable y beneficioso para cualquier empresa. Pues si bien es obvio que no todos los sectores o negocios permitirán esa volatilidad, esa ligereza estructural, si que es bien cierto, que entiendo que todas, todas las empresas a un nivel u otro pueden adoptar y beneficiarse de esta ligereza, de esa posibilidad de no tener pesadas estructuras, losas, espadas de Damocles que en momentos de híper estructuras y poca fortaleza pueden cortarnos rápido, muy rápido la cabeza. En resumen, ya no tan sólo entiendo que este sistema, que este modelo de trabajo y de negocio, es un sistema que comporta una gran calidad de vida en el profesional y una gran libertad, sino que entiendo que las ventajas van más allá de todo ello y son múltiples y de diversa índole: como he mencionado desde económicas hasta operativas, pasando, entre otras muchas, por ventajas organizativas.