
La era actual en la que vivimos nos ha traído muchas cosas nuevas, cosas nuevas en muchos ámbitos, pero cosas nuevas especialmente reseñables en el ámbito de la tecnología, y especialmente en la aplicación de esta al ámbito de los negocios, pues es bien cierto que en los últimos años estos se han transformado enormemente gracias a la tecnología, en la tecnología que aplica a los negocios. Estos cambios son también destacables en multitud de campos que abarcan los negocios, pero también son especialmente notorias en todos los procesos que afectan a la gestión de la información y de los datos que dispone el negocio en concreto. Así como también es destacable y notorio en muchas de las funciones administrativas que desarrolla uno y cada uno de los negocios de nuestro entorno, de los países desarrollados, y también en los países en vías de desarrollo. Y si bien, todas estas novedades han traído consigo grandes ventajas y posibilidades, a su vez también han traído una desconexión entre la realidad previa a su existencia y la posterior a su aparición. Es decir, han dejado obsoletas o ineficientes muchas de las prácticas y muchos de los procesos que se realizaban antaño, y ello obliga a sabernos a adaptar al respecto. Y esa obligación de adaptación, probablemente bien empieza por la necesidad de que aprendamos a automatizar gracias a la tecnología, y especialmente a los procesos administrativos, todas las funciones y procedimientos que nos sean posibles. Desde la estricta función documental del día a día de la compañía, hasta la automatización en las relaciones entre los distintos ámbitos de la empresa, o incluso con los elementos externos a ella con los que interactúa, pasando por supuesto por cualquier división de la empresa a la que le sea posible y lo requiera. Así, y solo así, desde una automatización de todos los procesos y funciones posibles es que se logrará una empresa ágil y adaptada a los tiempos, una empresa que sabrá optimizar sus recursos y maximizar la eficiencia de sus procesos. Así, y solo así, la empresa enfilará y alcanzará la senda de la máxima rentabilidad. Pues no debemos olvidar que la rentabilidad es tiempo, y que el tiempo en los negocios es oro, y ese oro solo lograremos obtenerlo y pulirlo gracias a una buena automatización de todas las funciones y procesos posibles.