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El valor de jugar en los negocios

Afortunadamente lejos quedan aquellas frases como las que decían nuestros abuelos de “la letra con la sangre entra” y similares, y lejos quedan habitualmente del mismo modo aquellas políticas de látigo y mano dura para hacer adquirir conocimientos o habilidades, ello es así en muchos ámbitos y obviamente también en el de los negocios, y en todos ellos los juegos adquieren un gran valor e importancia. Siempre he sido de la opinión de que una empresa no es una sala de juegos ni que a la misma vamos a divertirnos como si estuviésemos en el recreo de la escuela. Pero es buena verdad que con los años y cada vez más voy alcanzando a ver el alcance, el valor, las bondades de los juegos en el mundo de los negocios, para hacer adquirir habilidades directivas por ejemplo o para gestionar e integrar equipos comerciales por poner otro ejemplo. Dentro de las gamas de juegos de las que podríamos hablar, nos podríamos centrar básicamente en dos. Por una parte nos encontraríamos los modernos y tecnológicos “serious games”, es decir, unos videojuegos adaptados al entorno empresarial, con los que aprenderemos a simular y desarrollar distintas habilidades que nos serán imprescindibles en nuestro quehacer empresarial o directivo básicamente, y luego nos podemos encontrar los juegos más a la antigua usanza pero no por ello menos interesantes. Así, por una parte nos encontramos unos juegos más pensados para el directivo o empresario individualizadamente, aunque obviamente también se pueden sociabilizar y por la otra nos encontramos con los juegos pensados más para el grupo, como el clásico “paint ball” o similares que permiten fomentar el espíritu de pertinencia, el liderazgo, el trabajo en equipo, etc. ¿Son a mi entender estos juegos una herramienta básica e imprescindible? Sí y no, es decir, en algunos casos y en algunas profesiones, y especialmente en el mundo directivo y de gestión empresarial  incorporar de una forma u otra este tipo de herramientas puede ser imprescindible, en otros casos puede que no lo vea tan útil. Digo ello, porque muchas empresas pueden llegar a pensar que simplemente contratando dos días de juegos de este tipo conseguirán los objetivos que llevan veinte años persiguiendo o bien que lograrán compenetrar y actuar finalmente como un equipo unido cuando en realidad llevan años y años distanciados, casi peleados y mirándose a cara de perro. Para todos los casos mencionados anteriormente, estos juegos, estas herramientas serán una buena opción indudablemente, pero serán simplemente eso, una herramienta, una opción más, que deberá ir acompañada de un plan integral que logra alcanzar los objetivos planteados.