
Cuando se habla de patrocinio a todos nos vienen a la mente las grandes corporaciones que patrocinan eventos deportivos, espectáculos de toda índole o eventos importantes, y sin duda esa es una buena forma de patrocinio como también lo es el patrocinio de deportistas o programas concretos o muchas cosas de gran envergadura más. Pero cuando se habla de patrocinio a pocas personas les viene a la mente los pequeños patrocinios de pequeñas empresas y también pueden ser una buena opción. A veces para llegar a un determinado público no hacen falta grandes inversiones o puestas en escena espectaculares, a veces para adentrarnos en el entorno que nos conviene no hace falta ser unos grandes magnates, simplemente hace tener ganas de interactuar con el entorno que nos envuelve, involucrarnos y porque no, arriesgar un poco. Así, pequeñas tiendas y comercios de barrio que se involucran en actividades culturales del barrio al que pertenecen patrocinándolos, o profesionales de un determinado barrio que patrocinan por ejemplo equipamientos del barrio o programas de la radio o televisión local, son unos buenos ejemplos de lo que puede suponer el patrocinio a pequeña escala. Un patrocinio a pequeña escala que tenemos que tener presente que comúnmente no nos traerá grandes retornos económicos y que incluso puede ser que económicamente en el corto plazo no nos salga rentable, ni nos de resultados tangibles o inmediatos. Pero si bien la rentabilidad económica es la piedra angular de cualquier negocio y la falta de está hace inviable cualquier tipo de negocio, también lo es que especialmente en los pequeños patrocinios la rentabilidad económica puede que no sea lo más importante. Obviamente no será lo más importante siempre que el coste que asumamos por realizar el patrocinio no sea muy elevado y no nos distorsione nuestras cuentas. Siendo así, puede que la rentabilidad económica a priori quede en entredicho, pero la vinculación que podemos alcanzar con el barrio o la localidad gracias a esos patrocinios y los beneficios de esto pueden ser muy elevados, incluso económicos en el medio plazo, y bien merezca la pena la inversión (que entonces ya no el gasto) realizada.