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Emprendedores Orquesta

Es motivo de debate hasta en la plataforma de imágenes Instagram. Ser joven, emprendedor y no morir en el intento. ¿Qué hay de verdad, de mentira o de exageración en ello? Nos hemos preguntado y, siguiendo esta línea on line, hemos probado suerte y hemos tecleado las siguientes palabras en uno de los buscadores más conocidos: joven, emprendedor y empresa. Los resultados superan el millón. Sin embargo, la mayoría de ellos hablan de concursos, certámenes o ayudas. Pocos ponen número, caras o dificultades a los y las jóvenes emprendedores. Los números los encontramos cuando hablamos de paro y tenemos hasta decir basta. Por ejemplo, en nuestro país, el paro entre los jóvenes roza casi el 60% y si ampliamos el radio de acción, uno de cada 4 parados jóvenes en la zona euro es de la casa. Vamos más lejos. El 27,6 tiene estudios superiores, según el sindicato UGT. Son la generación más preparada de la historia, pero también son quienes más problemas tienen para mantenerse. La paradoja es que pese a la preparación, pocos se arriesgan a montar un negocio, sólo el 4% lo hace. Y lo cierto es que, pese a la crisis, se crean empresas. Vaya si se crean. Según el Instituto Nacional de Estadística, 59.290 empresas se han creado en lo que llevamos de año. Pero ¿por qué los jóvenes son tan reticentes a la hora de emprender? Encontrar financiación, crédito o los avales necesarios, el papeleo y la falta de ayudas reales son las principales causas. Muchos de ellos tienen que recurrir a sus familias, pero otros tantos no quieren meter a los padres en un lío que exige hacer malabarismos para poder mantenerse y cubrir gastos. Tocar todos los instrumentos para poder quedarse Se ha convertido en una solución para intentar no formar parte de ese 41%, según el INE, de jóvenes que emigran desde que comenzó esto de la crisis. En resumen, quedarse e intentarlo siendo un hombre o mujer orquesta, tocando solos o acompañados por otros “músicos”, y no lo decimos en broma. En gestión.org hemos salido a la búsqueda de algunos de estos jóvenes empresarios y esto es lo que nos cuentan cuando les mencionamos lo de ser “emprendedores orquesta”. -Sí, yo también lo vi en Instagram, y estoy de acuerdo. No es para menos, tenemos que llevar las cuentas, lo que exige controlar el IRPF, el IVA, rellenar los impresos correspondientes que a veces una ya no sabe si se tiene que rellenar el modelo 103 o el 303, por citar los dos más conocidos. Pero es que, además de la gestión, hay que preparar los pedidos, tratar con los proveedores y estar al día en las redes sociales, nuestro escaparate más barato de cara al público. Es decir, hay que hacer fotos y ocuparnos del diseño de la página de inicio del blog o web, del Facebook o de Twitter, sin olvidar comprar tinta para la impresora. Nos cuenta María, que ha montado una tienda de ropa para niños. -Dicen que hay poco trabajo para los jóvenes, pero yo estoy pluriempleado. Añade José, su pareja, que cada mes tiene que tocar las partituras de las tres formas de gestión que han elegido para poder tener los papeles en regla en sus negocios. -Ayudo a María con la tienda, pero yo también tengo mi propio negocio. A veces, es un follón, porque sólo recurro a un gestor profesional en el caso de la S.L de reformas que me monté. En el caso de la tienda, los dos estamos dados de alta como autónomos, para poder llevar nosotros los libros de cuentas, además, hemos creado una comunidad de bienes, una asociación para nuestro proyecto en común. Y aquí viene la jerga o burocracia en la que muchos jóvenes se pierden, literalmente. -Con respecto a la comunidad de bienes, tienes dos opciones. Primera, vas por módulos trimestrales o pagas el IVA. Es nuestro caso, pagamos acorde al metro cuadrado de exposición, lo que se conoce como el espacio de venta al público y que te supone un recargo de equivalencia, que es un tanto por ciento de todo lo que compramos, lo vendamos o no. Es una forma de agilizar los trámites con Hacienda. Dicho de otra forma, el IVA al final lo acabamos pagando todos de alguna forma, es lo legal, pero el recargo es un régimen especial de IVA que te exime de presentar las declaraciones de este impuesto a Hacienda. Lo aplicamos a las facturas que pasamos a los proveedores cuando adquirimos el género. Pero no somos un caso único, algunas empresas minoristas no pueden elegir porque están obligadas a realizarlo, va por epígrafe. José habla con cierta soltura de estos menesteres, pero tuvo que hacer un curso de contabilidad para hacer frente al montón de papeles que exigía su aventura empresarial. -Abrir un negocio siendo joven no es complicado. Muchos tenemos estudios superiores, estamos preparados para informarnos o profundizar en el sector que nos interese. Nos podemos buscar la vida, como hicimos nosotros con el curso de contabilidad y gestión para el tema de nuestros negocios, que, por cierto, poco tienen que ver con la carrera que estudiamos. El problema llega, sobre todo, a la hora de mantenerlos. Es lo que les ha pasado a unos amigos, que pidieron un préstamo ICO que van a tener que devolver dentro de un par de años, pero el problema con el que se han encontrado es que el mantenimiento del negocio, con la reforma y el género a la cabeza, puede que no les permita hacerlo. S.O.S Les preguntamos por las ayudas. Habla María. -Ayudas pocas. Lo que pueden hacer es echarte una mano con el tema de agilizar los papeles. Por ejemplo, lo de la subvención a fondo perdido, a la que muchos recurrían, ha desaparecido y ha perjudicado a compañeros que invirtieron y no ganaron, con lo que ahora se encuentran todavía más endeudados. Por no hablar de los bancos, que no suelen dar financiación a los jóvenes, por eso mismo, por ser jóvenes y no tener ni propiedades ni nóminas. Y ya no te digo si eres mujer. Digan lo que digan, el machismo sigue estando ahí cuando les dices que quieres ser empresaria. Puede que no te tomen realmente en serio. José apunta otro matiz importante. -Hay concursos que buscan y premian ideas innovadoras, pero la mayor parte de los negocios que se crean son normales y corrientes. Vamos, que igual no están basados en aplicaciones informáticas o en tecnología. Las ayudas, cuando las hay, también discriminan. Hay sectores que salen más beneficiados que otros. Levantar el país A José y a María muchos de sus amigos les animaron a probar suerte en el extranjero, a emigrar, pero ellos apostaron por quedarse y arriesgarse. Una apuesta, que también se basa en el optimismo. -Tiene que llegar un momento en el que el barco reflote y entonces habrá trabajo. Nosotros queremos estar cuando ese momento llegue. Si todos los jóvenes preparados nos vamos, ¿quién levantará el país? Por eso, los políticos, los bancos, que son quienes manejan los números, tienen que concienciarse realmente, las ayudas deben ser reales, los créditos tienen que llegar a quien quiera poner en marcha su negocio. El motor de la economía tiene que reactivarse más allá de la deuda pública. María asiente y añade. -A nosotros nos gustaría, además, concienciar a la gente para que consuma. Sabemos que la cosa está mal, pero sólo de este modo nuestros negocios tendrán razón de ser y podremos devolverlo creando empleo. Los dos miran el reloj y se despiden de nosotros a toda velocidad. José tiene reunión con el gestor y María tiene que comprobar que el pedido que esperaba ha llegado por fin a la tienda. Lo dicho, emprendedores orquesta que, además, hoy han tenido que afrontar esta especie de entrevista a contrarreloj. Entrevista, que igual también acaban por compartir en sus cuentas de Facebook. Como dicen, todo sea por levantar el país, por ganas no será. La música tiene que seguir sonando y haciendo caja.