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Empresas y profesionales del siglo XXI, no del siglo XIX

No vestimos como en el siglo XIX, no nos relacionamos como en el siglo XIX, no tenemos las mismas costumbres, y en realidad ya no tenemos casi nada o nada en común con el siglo XIX, ¿cuál es el motivo de que muchas personas sigan queriendo gestionar sus negocios y muchos empleados quieran seguir viendo sus trabajos como si formasen parte de ese siglo? Señoras y señores, la evolución ha llegado, y del mismo modo que no entiendo que en la actualidad para enseñar a los niños se les tenga que seguir enseñando con métodos y con unas formas (encerrados en edificios como si fuesen cárceles) muy parecidas a las de hace dos siglos, tampoco entiendo que muchos se entesten en entender las empresas y las relaciones profesionales como algo de antaño y algo inamovible. Empresarios que si fuese por ellos aún harían los presupuestos con las máquinas de escribir que hoy ya ni se fabrican y que seguirán utilizando los mismos sistemas de gestión de entonces. Y por el otro lado, empleados que siguen pensando como el obrero del siglo XIX, y se imaginan entrando en las fábricas humeantes en fila militar mientras el perverso patrón les espera para avasallarles. Nada de eso existe ya, y bien harían unos y otros en avanzar con los tiempos y de darse cuenta de que tanto la gestión de las empresas como las relaciones laborales han cambiado. Seguro que hay algún resquicio de entonces, como de buen seguro que de todo ello queda dentro todo lo malo algo bueno de lo que poder sacar conclusiones aún hoy en día, pero no nos engañemos, en general poco o nada tenemos que ver hoy con los que ayer dirigían o trabajaban en las empresas. Y todo ello me sirve para denunciar, el escaso avance que en nuestro país se hace de una adecuada gestión tecnológica en las empresas, pues mientras una gran mayoría de empresas o de trabajadores no sepa, no quiera, o le tengan vértigo a esto de subirse al carro de las nuevas tecnologías, o mejor dicho, mientras tengan pavor a ir adoptando y adaptando las tecnologías que van apareciendo para hacer la empresa, y cada puesto de trabajo, más productivo y más competitivo, mal vamos. Cualquier avance tecnológico ha llegado para ayudarnos, para ayudarnos a realizar aquello que realizábamos ayer, pero ahora de una forma distinta, de una forma más eficiente, y no querer ver eso, y sólo encerrarnos en el miedo, en el pavor al cambio sólo puede llevarnos a la catástrofe. No se trata de hacer el cambio por el cambio, ni se trata de adoptar en nuestra empresa todo aquel cambio tecnológico que aparezca porque sí, pues puede que muchos ni nos interesen ni nos necesitemos, ahora bien, si que hemos de ser lo suficientemente lúcidos y avanzados para no quedarnos rezagados y obsoletos en el tiempo con aquello que realmente si que nos conviene. Y es que como decía, no podemos ir con la máquina de escribir de hace cincuenta años, cuando hoy, lo que se llevan son ya los teclados virtuales.