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Equipaje ideal para los viajes de negocios

Todos los que viajamos asiduamente sabemos lo importante que es el equipaje para nuestros viajes. Y eso que es aplicable a todo tipo de viajes que hagamos se maximiza en los viajes de negocios, donde la demanda de confortabilidad y agilidad es máxima. Por supuesto no se puede aconsejar un único estilo de equipaje para los viajes de negocios. Pues dependerá muy mucho de cada persona, del destino, de la duración del viaje y de múltiples variables, pero a grandes rasgos bien se podrían dar las indicaciones que se van a dar a continuación. Como se ha dicho en un viaje de negocios debe de primar la confortabilidad y la agilidad. Así, cuanto menos cargados vayamos mejor. Pero como que a pesar de ello siempre deberemos ir cargados, será aconsejable que optimicemos el espacio y escojamos las piezas adecuadas. Una buena combinación para los viajes de negocios siempre podrá ser por ejemplo aquella que reúna un maletín donde llevar nuestro portátil, los documentos que podamos precisar en nuestro viaje de negocios, y demás gadgets tecnológicos. Y además llevar una pequeña maleta que podamos subir a la cabina donde llevaremos toda nuestra ropa y enseres. Siendo así nos evitaremos tener que facturar y realizar esperas de equipaje (tan molestas en los viajes de negocios, especialmente si nos esperan urgentemente en una reunión) y demás. Pero evidentemente eso tan sólo será válido para viajes de negocios de muy corta duración y de corta distancia, para viajes más largos o con condiciones climatológicas por ejemplo distintas se deberá además  (a parte de que precisemos algún porta-trajes, etc.) incorporar una maleta grande donde poner todas las piezas de ropa y enseres. Esta maleta bien podría sustituir entonces a la de cabina, pero es aconsejable no hacerlo, por si acaso surge algún percance con la maleta facturada, tener algo de repuesto. El contenido a incorporar en la maleta y como distribuirlo también es muy particular y en todo caso daría para otro artículo. Pero sólo a modo indicativo, decir que de todo aquello que nos pensemos llevar como necesario, sólo nos llevemos la mitad, sólo nos llevemos lo imprescindible (que no lo necesario).