
Como todos sabemos, una correcta gestión financiera es una de las principales claves que permiten lograr que una empresa crezca y se expanda de forma natural y acorde a sus necesidades y disponibilidades. Y es por ello que en muchas ocasiones debemos tomar las decisiones acertadas en torno a los cambios a incorporar, los cuales nos permitirán alcanzar el crecimiento anhelado. Dentro de las múltiples estrategias que existen para lograrlo, una de las técnicas más frecuentes que se suelen poner en práctica con el objetivo de expandir un negocio incluye, entre otras cosas, la compra o fusión con otra compañía.
El principal fin que en general se persigue con esto es adquirir parte de la empresa, por lo general competidora, hasta lograr tener el control absoluto sobre la misma. De esta manera no sólo ampliamos los horizontes de nuestro negocio, sino que además podemos llegar a eliminar a nuestro competidor más fuerte. En este sentido, lo primero que debemos saber es que la fusión de empresas posee una importante cantidad de beneficios, que en definitiva son las principales razones por las cuales no debemos pasar por alto esta posibilidad. En principio, al fusionar nuestro negocio con otra empresa simultáneamente podremos obtener mayor calidad y habilidades en el personal, como así también en el desenvolvimiento global de la compañía. Quién nos dice que quizás al final de la fusión no terminemos aprendiendo incluso a gestionar mejor nuestro propio negocio. Otra de las ventajas evidentes que surgen de la fusión reside en el acceso a activos que serán de gran valor para encarar el nuevo desarrollo y crecimiento de nuestra empresa. En este aspecto, lo más recomendable es optar por fusionar con PyMEs que si bien quizás no tienen un amplio margen rentable, sí cuenten con una gran capacidad que aún no ha sido aprovechada. Una excelente alternativa, sobre todo si lo que deseamos es expandir nuestra empresa a nivel nacional a través de distintas regiones del país, es crear una alianza con pequeños emprendimientos ya existentes y conocidos en cada área, para de esta forma poder ampliar internamente el negocio. Esto sin dudas nos dará como beneficio directo el acceso a una amplia base de clientes, y de esta forma poder aumentar la cuota de mercado de nuestra empresa. Otro punto a favor que surge de la estrategia de fusión de empresas se centra en la posibilidad de iniciar una diversificación de productos y servicios a largo plazo. Por otra parte, podremos registrar una notable reducción de los costos de publicidad, ya que a partir de la fusión podremos comenzar a encarar y organizar los presupuestos de marketing de forma compartida. De esta manera se producirá un mayor poder adquisitivo y una notable disminución en los costos. Pero además esta reducción puede llegar a hacerse evidente en el caso de poder combinar los recursos de ambas empresas, eliminando por ejemplo la utilización de instalaciones o servicios que se encuentran duplicados. Y por supuesto, como ya lo hemos mencionado, una de las mayores ventajas de la fusión de compañías radica en lograr la reducción e incluso la anulación de la competencia, todo depende en definitiva de nuestra capacidad en la gestión, no sólo financiera sino también estratégica. La fusión: Algunos posibles problemas Con lo que hemos explicado hasta ahora, al parecer la fusión de empresas suele ser una de las alternativas más interesantes para aquellos empresarios que desean hacer crecer y expandir sus negocios. Pero lo cierto es que, si bien las ventajas de esta operación son muchas, también pueden surgir una serie de inconvenientes, por lo que debemos estar preparados para afrontarlos. Por supuesto que para lograr el éxito en el proceso de fusión de compañías debemos tener presente que la investigación previa que realicemos al respecto y la planificación de la operación, en la que se incluyen los alcances del acuerdo, serán los aspectos determinantes para finalmente alcanzar dicho resultado. En líneas generales, existen algunos riesgos que quizás debamos enfrentar, y que siempre debemos considerar antes de aventurarnos a llevar a cabo la fusión. Por ejemplo, la adquisición de una PyME podría llegar a resultarnos realmente costosa si los propietarios de la misma tienen el mismo plan que nosotros con nuestra empresa, es decir que se genera una especie de guerra de ofertas económicas para comprar una o la otra compañía. Claro que también puede convertirse en una operación demasiado costosa en el caso que no logremos ponernos de acuerdo con el propietario del negocio que es nuestro objetivo, sobre todo cuando el desacuerdo tiene que ver con los términos relacionados a la dirección de la empresa combinada. En cualquier caso, las operaciones de fusión que poseen este tipo de características pueden llegar a dañar el rendimiento de nuestro propio negocio. Pero además, una vez realizada la fusión podemos llegar a encontrarnos frente a desafíos que plantean serias dificultadas, tales como descubrir que a la empresa adquirida no le va tan bien como lo suponíamos, que las ganancias esperadas no se materializan, que las culturas de negocios de ambas empresas son totalmente incompatibles, o bien que los recursos se desvíen de los objetivos principales de nuestro negocio. Como es de imaginarnos, todo esto repercutirá de manera negativa en nuestra empresa. Es por ello que se recomienda llevar a cabo un análisis previo, con una detalla investigación sobre la realidad financiera y productiva de la empresa que deseamos adquirir, y una posterior planificación acorde a la medida del negocio. Por supuesto que también es de gran ayuda contar con el asesoramiento de profesionales en la materia, que posean una amplia experiencia en este tipo de operaciones.
