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¿Funciona realmente la Lista Robinson?

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A la hora de realizar las llamadas de telemarketing, la empresa que se dedica de estas labores debe avisar a sus trabajadores a revisar la lista Robinson, o al menos se debe hacer a la hora de confeccionar las listas de personas a las que llamar. Lo cierto es que poniéndose en la piel de los clientes, estar cada x tiempo recibiendo molestas llamadas para vender productos o servicios que no interesa puede ser agobiante, pero mucho más si es una de esas zonas en que se llama con mucha más frecuencia, muchas personas tienen que soportar estas llamadas cada poco tiempo. Las Listas Robinson se aplican en muchos países, surgiendo en España en el año 1993  a iniciativa de FECEDM, evolucionando mucho por la capacidad de proteger los datos postales, de teléfono y correo electrónico en cuanto a publicidad deseada. Surge para cumplir y cubrir las necesidades del Reglamento de desarrollo de la Ley de Protección de Datos, que fue aprobado en diciembre de 2007,recogiendo la obligación de consultar los ficheros a todos aquellos anunciantes que realicen campañas en las que se valgan de datos personales no facilitados directamente por los clientes «Quienes pretendan efectuar un tratamiento relacionado con actividades de publicidad o prospección comercial deberán previamente consultar los ficheros comunes que pudieran afectar a su actuación, a fin de evitar que sean objeto de tratamiento los datos de los afectados que hubieran manifestado su oposición o negativa a ese tratamiento». La Lista Robinson es un fichero para excluir de la publicidad, fichero en que la persona se inscribe e indica los medios en los que no quiere que le vendan nada, ya sea por teléfono, correo postal, email o llamadas telefónicas, limitando a empresas conocidas o a todas las empresas. Son simplemente listas de personas que no quieren recibir publicidad no deseada. Pero la cuestión es ¿no es ya lo habitual no enviar publicidad no deseada, no existen ya unas leyes contra el spam evitando que alguien envíe publicidad no deseada? En el correo electrónico se tiene más claro, pero en otro tipo de medios no. Hay que tener en cuenta también que estos ficheros de la Lista Robinson no son demasiado seguros, y nuestros datos circulan por ahí, porque quien compre esta lista (con un precio desde 150 a 600 euros) puede tener los datos de las personas que se han apuntado a la lista, y si bien legalmente no pueden hacer nada con ella ¿quién dice que no la utilizarán? La Agencia Española de Protección de Datos no la gestiona y la controla ni supervisa. Si nos planteamos la fiabilidad de la Lista Robinson, en la teoría es una buena idea, en la práctica no lo es tanto. Muchas personas no confiarán en dar sus datos a la lista, algunas empresas podrían tender a utilizar estos datos y otras empresas no se plantear consultar la lista antes de sus acciones de marketing. Ver: Lista Robinson en España