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Definición de rol
Según la Wikipedia, un rol es «concepto sociológico que hace referencia a las pautas de conducta que la sociedad impone y que espera de un individuo (actor social) en una situación determinada». Esto que suena demasiado serio o técnico no deja de ser un término muy sencillo de comprender. En cualquier ámbito, cuando hablamos de asignar un rol nos referimos a que por la personalidad o características especiales de una persona se espera de ella una conducta específica. Lo ideal es que a cada integrante se le asigne un perfil específico según su manera de comportarse. Pero esto lo veremos con calma más adelante.
Por qué son importantes los roles
Un grupo de trabajo no es eficaz por suerte ni por casualidad. Tampoco es algo que se consiga de una día para otro. Al principio, los equipos son conjuntos de individualidades que intentan trabajar de forma coordinada según las pautas que se les han dado. Usamos la palabra «individualidades» ya que en un primer momento la persona todavía no tiene consciencia del equipo. No es que se tenga una actitud negativa, sino que hasta que los integrantes no se conozcan entre sí no se podrán desarrollar como grupo. Con el tiempo, todos miembros se conocerán y se comprenderán mejor, lo que permitirá que cada uno se vaya ajustando en favor del beneficio del equipo. Y justo para esto es por lo que hoy te hablamos de los roles. Asignar perfiles en el equipo ayuda en 4 sentidos:
- Ayuda a que el grupo se comprenda mejor.
- Genera confianza.
- Favorece el que cada persona conozca mejor sus virtudes y sus defectos.
- Se solucionan antes los errores que puedan surgir.
Pero lo más importante es que se mejora la efectividad del grupo en general. Ese es el principal beneficio.
Los tres tipos de roles de Meredith Belbin
El Dr. Meredith Belbin (autor del libro Los roles en el trabajo de equipo) estudió cómo se desenvolvían muchos equipos de empresas. Investigó por igual a los que tenían éxito, como a los que fracasasaban. Tras analizar los motivos de por qué unos funcionaban y otros no, se dio cuenta que cada grupo de trabajo necesita tener distintos perfiles de integrantes. En concreto, estableció que la receta del éxito de un equipo residía en tener 9 roles distintos. Aunque en un principio podemos pensar que esos perfiles se atribuyen por la personalidad de la persona, Belbin afirmaba que cada figura se debe asignar según la tendencia de comportamiento. Si lo piensas, tiene todo el sentido del mundo. Mientras que la personalidad puede ser más subjetiva, la inclinación a actuar o a reaccionar de determinada manera es mucho más palpable. En ese sentido, fijó 3 tipos de roles:
- Sociales: son los encargados de dirigir y organizar el grupo, tanto de forma interna como externa.
- De acción: está claro, aquí tenemos a los ejecutores. Mientras en los otros 2 tipos se pueden perder en el proceso, estos serán los encargados de conseguir finalizar cualquier tarea.
- Mentales: aquí entran en juego la creatividad, la estrategia y las ideas. Los planes siempre saldrán de aquí.
El equilibro de perfiles dentro del grupo de trabajo
El autor también señaló la importancia del equilibrio en el grupo. Para que un equipo pudiese desarrollarse de manera efectiva, Belbin entendía que debían haber personas que representasen todos los tipos de roles. Y aunque hubiese perfiles de todos, tampoco sería positivo que uno de los sectores fuese mucho más grande que los demás. Por ejemplo, si faltasen personas dentro del perfil social la cohesión del equipo se resentiría. Las ordenes no se transmitirían de forma correcta, lo que afectaría a la organización y a la coordinación del trabajo. En otras palabras, sería el caos. En cambio, si lo que no hay son personas «de acción» lo que se debilitará será nuestra parte más finalizadora. Sin ejecutores, las fechas de entrega no se cumplirían o los procesos se retrasarían de forma indecible. ¿Y que ocurre si faltan los «brainstormers» o los generadores de ideas? En este caso, las consecuencias se verían en la calidad de los resultados. Los productos o soluciones que desarrollase el equipo serían más mediocres y simplones. Ahora que están claras las consecuencias de un desequilibrio de fuerzas dentro del conjunto, se entiende por qué Belbin insistía tanto en que un equipo solo sería eficaz si había una proporción en los perfiles.
Los 9 roles de equipo de Belbin
Antes de entrar a definir cada rol es importante que tengas en cuenta que debes ser objetivo a la hora de decidir con que prototipos te identificas. No hay roles mejores o peores, todos tienen virtudes y defectos. E insistimos en la idea que destacaba Belbin, todos los perfiles son importantes ya que todos aportan beneficios al grupo. Ahora ya sí, vamos a por nuestros 9 protagonistas.
- Coordinador (p. social): sería como el entrenador de un equipo de fútbol. Es el responsable de comunicar los objetivos y funciones de cada integrante. También es el que organiza el trabajo al poder delegar o repartir cada tarea.
- Cohesionador (p. social): es el bombero del grupo ante cualquier conflicto o disputa que pueda surgir. Su potencial es su capacidad de tranquilizar y de favorecer la unión. Tiene un carácter pacífico, tranquilo y cooperativo.
- Investigador de recursos (p. social): es nuestro relaciones públicas. Suya es la baza de generar contactos y todos los beneficios que ello implica. Si se necesita información del exterior este es el encargado.
- Implementador (p. de acción): aquí tenemos a la persona que es capaz de convertir los planes, las ideas y las estrategias en acciones definidas y concretas.
- Impulsor (p. de acción): es el representante de la valentía y la iniciativa. Son los movilizadores del equipo y los encargados de que la energía y el ritmo no decaigan.
- Finalizador (p. de acción): el perfeccionista. Se trata del miembro responsable de revisar todos los detalles para que todo esté perfecto y bajo los criterios fijados.
- Cerebro (p. mentales): la creatividad y la originalidad al poder. No solo se encarga de aportar nuevas ideas, sino también soluciones.
- Especialista (p. mentales): es el integrante que domina el sector como la palma de su mano. Su fuerte son las partes más específicas.
- Monitor evaluador (p. mentales): el crítico. Siempre se está replanteando el método y las acciones realizadas para intentar obtener mejores resultados.
Y tú, con qué roles te identificas
Ahora que ya conoces los distintos perfiles que pueden existir en tu grupo de trabajo es hora que analices a cuáles crees que perteneces. Qué nos dices, ¿eres un creativo o quizás un impulsor? ¿Eres más un evaluador? Anímate y cuéntanos en los comentarios cuáles son los perfiles que te definirían. Foto cabecera: Photo credit: woodleywonderworks via Foter.com / CC BY