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¿Hay críticas buenas? Críticas constructivas en la empresa

criticas constructivas
A veces, en las empresas hay que reconocer que hay cosas que funcionan mal o no funcionan como deberían, y esto pasa por decir a algún empleado que tiene que cambiar algo o que no está haciendo lo suficiente. Las críticas, o sugerencias de mejora, a veces cuestan porque es posible que se dañe la autoestima de la persona que las recibe, pero si se hacen bien no sólo no sucederá eso sino que el trabajador se motivará aún más para seguir desempeñando su trabajo a la perfección. Por supuesto, siempre han de ser críticas constructivas (positivas) y nunca críticas destructivas (negativas). Las primeras sirven para mejorar y retroalimentarse, las segundas sólo valen para hacer mal y dañar a la otra persona. A veces la diferencia entre una y otra se encuentra en el tacto con el que se habla. Hacer este tipo de críticas permite crear más valor en la empresa, tener nuevas ideas frescas (a veces recibiendo críticas), progresar y mejorar los resultados de la empresa, y en ocasiones incluso llega a evitar despidos innecesarios. Algunas ideas para saber cómo hacer críticas constructivas son:

  • Mostrar empatía, intentando entender a la otra parte
  • Hay que ser concreto, y no irse por las ramas
  • Explicar cómo te afecta a ti y a la empresa algo
  • Describir comportamientos, y no juzgar gratuitamente
  • Criticar los actos, no las personas
  • Criticar en privado, no delante de todo el mundo, a menos que sea una crítica general
  • Hablar de las consecuencias positivas, lo que pasa si eso que se indica cambia
  • Pedir soluciones amablemente, nunca imponiendo que se haga algo y mucho menos amenazando
  • Hay que reconocer la crítica como una necesidad que ayudará a la empresa y los empleados implicados
  • Reconocer la labor de la otra persona es importante
  • Hay que asegurarse de que la otra persona entiende el problema
  • Si la crítica es a un superior, hay que utilizar el máximo tacto y humildad
  • La otra persona también puede querer decir algo, dejarle hablar debe ser una opción

Lo que hacen muchos dueños de negocios o jefes o responsables de Recursos Humanos es una estrategia muy interesante, ya que se basa en decir algo positivo, indicar la propuesta de mejora o crítica para finalizar diciendo algo positivo (técnica del sándwich). LA LEYENDA DE LAS RANAS EN EL HOYO Os dejamos con una leyenda muy interesante que no sólo viene al caso de lo que tratamos sino también la importancia de seguir luchando por mejorar o conseguir lo que se desea: Un grupo de ranas viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo. Cuando vieron lo hondo que era, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas. Pero las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serían inútiles. Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió, se desplomó y murió. La otra rana continúo saltando tan fuerte como le era posible. Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no era lógico seguir luchando. Pero la rana saltó cada vez con más fuerza hasta que finalmente logró salir del hoyo. Cuando salió, las otras ranas le dijeron: “Nos alegramos mucho de que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos”. La rana les explicó que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.