
Llega un momento en que cualquier persona o empresa se plantea la creación de su propia página web, momento en el que surge la tesitura ¿alojamiento web gratis o de pago? Puede parecer una tontería, pero es una duda de lo más común, y es que quien se adentra por primera vez en esta posibilidad no conoce las ventajas e inconvenientes de cada una de las posibilidades. Por un lado está el alojamiento web o hosting gratuito, que permite a cualquier persona crear su página web (con o sin dominio propio) sin tener que desembolsar ninguna cantidad de dinero. Cualquier persona puede subir una web a Internet sin tener que pagar nada, porque existen estos servicios. Las desventajas de esta modalidad son claras, y no son pocas: la mayoría de los servicios tienen publicidad muy destacable a la vista (en algunas ocasiones no se ve tanto o es un simple enlace), son servicios que pueden saturarse o ir lentos en muchas ocasiones, no existe casi ningún control sobre el funcionamiento del servicio, la dirección web asignada suele ser muy grande, no ofrece servicios básicos muy útiles para empresas (como correo web, buen servicio de estadísticas, instalación de ciertas aplicaciones, etc), cada vez hay más restricciones y además no existe ninguna garantía en caso de que se deje de ofrecer el servicio o el sitio desaparezca. Y, por supuesto, en el caso de empresas una de las principales pegas es que este tipo de sitios web no ofrece mucha confianza. Y por otro lado se encuentra el alojamiento web o hosting de pago, un servicio mediante el cual la persona o empresa puede tener un espacio donde alojar su web en la red previo pago del servicio. Ofrece las garantías de funcionamiento, soporte, atención al cliente y posibilidad de controlar aquello que se necesita, incluso instalar aplicaciones que son necesarias, y si se cuenta con un dominio propio se pueden asignar varias cuentas de correo electrónico. La desventaja de este servicio es más clara todavía, hay que pagar, hay que hacerlo todos los meses y en caso de descuido el alojamiento web se puede perder. Pero lo único de lo que hay que preocuparse es de pagar el servicio, incluso se puede hacer de forma anual o por varios meses, y la compañía avisa cada vez que hay que renovar. Además, en función de las necesidades que se tengan con respecto a la web, como espacio de alojamiento o transferencia, el precio puede ser cada vez mayor, aunque lo habitual en webs corporativas es no necesitar más que un servicio económico. Esto se compensa con el hecho de que los usuarios tienen en cuenta el aspecto de pagar un alojamiento web como seriedad y compromiso de la empresa. Parece clara la decisión, pero no lo es tanto. Una empresa que quiere ir en serio, o una persona que tiene vistas de que su web crezca, debe comprar alojamiento web de pago en función de las necesidades iniciales de su empresa. Una persona que no quiere gastar, no necesita esta seriedad o confianza, o una empresa que no tiene demasiados recursos o conocimientos tecnológicos, pueden acabar recurriendo en alojamiento web gratuito, y ahora que existen servicios con importante reputación como los blogs en Blogger no es una idea tan descabellada.