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Integrar los servicios de la Nube a nuestra empresa

Aquellos que habitualmente suelen trabajar aprovechando los fantásticos servicios que brinda el Cloud Computing, también conocido como Computación en la Nube, saben que al incorporar esta herramienta a la empresa se accede inmediatamente a una gran cantidad de beneficios. Estos beneficios no sólo incluye la optimización en lo que respecta a la gestión de datos, sino que al mismo tiempo la plataforma posee una ventaja intrínseca, en cuanto a la posibilidad que brinda de utilizar hardware y software online. Es que en la Nube podemos almacenar absolutamente todo, desde documentos, información de los clientes, correos electrónicos, planillas de cálculo, aplicaciones de negocios y cualquier otro tipo de datos referentes a nuestra empresa, con la enorme ventaja de poder acceder a ellos de forma convencional, es decir desde un ordenador, hasta los medios más portátiles como lo son todos los dispositivos con conexión a Internet. De esta manera, podemos tener disponibilidad de la información y de las herramientas desde cualquier lugar y en cualquier momento. Asimismo, este tipo de servicios nos posibilita lograr una reducción en los costos de hardware y software, nos permite escalar de forma más sencillas en los sistemas TI, y al mismo tiempo brinda un apoyo para lograr prácticas de trabajo más flexibles. Es por ello que cada vez son más las empresas que se vuelcan a la utilización del almacenamiento en la Nube, ya sea como una solución independiente o bien como complemento de una infraestructura de Tecnología de la Información ya existente. No obstante, es importante destacar que ante la posibilidad de querer incorporar los servicios de la Nube en nuestra empresa debemos ser concientes de que al igual que sucede con otros servicios similares de alojamiento externo, es fundamental realizar un análisis en lo que se refiere a la protección de los datos, ya que como sabemos la información es uno de los recursos más preciados de nuestra compañía. Por ello, antes de incorporar un sistema de computación en la Nube, debemos obligatoriamente llevar a cabo una evaluación de los peligros que pueden presentarse al utilizar este tipo de plataforma, teniendo en cuenta cuáles son los riesgos reales de que estas eventualidades surgieran y el impacto que ello puede tener para nuestro negocio. Sin embargo, no debemos olvidarnos que en definitiva la utilización del almacenaje de datos en la Nube puede ser parte de una estrategia de planificación de la continuidad de nuestro negocio, que nos aseguraría la supervivencia de la empresa ante la posible aparición de algún fallo crítico en los sistemas TI. Es por ello que muchas compañías hoy están viendo a la Nube como un elemento esencial dentro de la construcción del plan de continuidad del negocio. ¿Cómo integrar la Nube a la empresa? Por lo general, la mayoría de las empresas que incorporan servicios de Cloud Computing lo hacen con el objetivo de hallar una solución específica para el almacenamiento de datos y la protección de los mismos. En realidad, hoy aún son escasas las compañías que se han aventurado a reemplazar toda la infraestructura de TI existente por la computación en la Nube. Lo más recomendable, para poder llevar a cabo sin sobresaltos la incorporación de servicios en la Nube dentro de nuestra organización, es utilizar en principio aplicaciones que no poseen un rol crítico dentro de la información que maneja la compañía, con el fin de poder evaluar si la plataforma es apropiada para nuestro negocio y cuáles son los beneficios reales que nos aporta. Lo cierto es que debemos tener en cuenta que más allá del tipo de servicio en la Nube que utilicemos, esta plataforma nos ofrece una oportunidad para revisar y mejorar los procesos de negocio existentes, y al mismo tiempo poder mejorar y optimizar las prácticas de la empresa. Claro está que antes de implementar el Cloud Computing en nuestro negocio, debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Protección de datos: Conocer la forma en que esos datos van a estar protegidos, las medidas de seguridad adoptadas por el proveedor de servicios y el nivel de responsabilidad que tendrá el proveedor ante cualquier pérdida de datos.
  • Continuidad del negocio: En caso de interrupción del servicio, debemos saber cómo va seguir funcionando el negocio, los sistemas de respaldo de los que se dispone, y las garantías que nos puede ofrece el proveedor.
  •  Nivel de servicio: Tipo y nivel de soporte que nos ofrece el proveedor, y cuál es la compensación financiera que nos dará en el caso de que el servicio no esté disponible.
  • Precios: El costo del servicio.
  • Flexibilidad: Conocer cuáles son las opciones que nos brinda el proveedor para actualizar los parámetros del servicio en el futuro.
  • Cláusulas contractuales: Las obligaciones legales que tendrá nuestra empresa y el proveedor.

Por supuesto que además debemos asegurarnos que nuestro negocio esté listo para el cambio, para lo cual nuestra empresa debe responder a una serie de requisitos indispensables. De lo contrario no existirá un verdadero aprovechamiento de la Nube en la gestión. En principio, para poder operar con eficacia utilizando los servicios en la Nube, la empresa debe poseer una conexión a Internet realmente rápida. Para ello debemos tener en cuenta una simple ecuación: la computación en la Nube es más efectiva cuando podemos cargar los datos en los servidores del proveedor de forma más rápida que lo que se tarda para descargar información desde allí. En este sentido es conveniente utilizar sistemas de SDSL antes que ADSLs, ya que soportan mayores velocidades de subida. Asimismo, es importante comprobar que las actividades frecuentes de nuestro negocio en relación a Internet no requieren de demasiado consumo del ancho de banda, ya que esto provoca también que se reduzca la velocidad de subida de datos. Y por supuesto, un punto fundamental reside en la elección del proveedor de servicios de Internet y el soporte que nos ofrece, porque en definitiva el acceso a Internet es fundamental para poder utilizar y aprovechar los servicios en la Nube.