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Inteligencia emocional en el emprendedor

  Hoy en día, los emprendedores tienen más facilidades que nunca, pese a que los tiempos no son nada fáciles. Tienen mil herramientas a su alcance para poner en marcha su actividad. Sin duda, mucho se le debe a los avances que han llegado con las nuevas tecnologías y el mundo online. Frente a cualquier duda o incertidumbre, el emprendedor tiene frente a sí información importante como la que ofrecen blogs, webs, aplicaciones… Y es que crear y mantener una empresa exige entre otras cosas recursos, conocimientos profesionales… pero también inteligencia emocional. Un habilidad que se utiliza para tener un mejor manejo de la relaciones y emociones. Pero ¿por qué es tan importante para el trabajo? Pues entre otras muchas razones por la productividad. Características Se dice que existen una serie de características imprescindibles para la inteligencia emocional de los emprendedores. Lo mejor es que no son innatas, se pueden desarrollar. -Confianza: Un buen emprendedor genera en sí mismo y en los demás la sensación de que controla su negocio y la evolución de este. Al mismo tiempo, sabe trasmitirlo también a sus empleados y, lo que es más importante, delegar. -Curiosidad: Es fundamental para innovar y reinventar el negocio, más en tiempos de crisis. De la curiosidad viene también las ganas de no dejar de aprender y, por tanto, de seguir evolucionando. -Intención: Es muy importante tener bien definido el objetivo a seguir y las metas que se persiguen, tanto económicas como personales, sociales y ambientales. -Autocontrol: Nada de desorden, ira o de confusión. Es vital que el emprendedor mantenga el control de sí mismo y de su entorno, sobre todo con empleados y clientes. -Empatía: Para saber qué necesita el cliente, para pensar como ellos. Esto ayuda a formar vínculos más personales y de largo plazo. -Comunicación: Una buena comunicación genera confianza y las relaciones se estrechan, generando fidelidad por parte de los clientes o inversores. -Cooperación: Esta cualidad es básica a la hora de construir alianzas, buscar socios o contratar trabajadores. Ilusión, visualización y entusiasmo Sea como sea, la puesta en marcha de cualquier sueño, de un negocio, requiere de un gran desarrollo y madurez emocional. Sin embargo, hay tres factores que no pueden ni se deben descuidar y que también influyen en dicha madurez. Se trata de la ilusión, la visualización y el entusiasmo. ¿Por qué son tan importantes? Pues, básicamente, porque el día a día es duro y complicado. El camino suele ser largo. Y lo mejor es aprender a disfrutar de él. No es para menos. Habrá sacrificios, esfuerzos, conflictos, cambios de rumbo… Nadie ha dicho que la aventura de emprender sea fácil. Por eso, son tan importantes la ilusión, el entusiasmo y no dejar de visualizar nuestro sueño. La energía que aportan es mucha y ayudan a gestionar los reveses que nos va dando la vida. Lo dicho, hay que ser inteligente sí, pero sobre todo emocionalmente.