
Es posible invertir sin riesgo, claro que es, de hecho existen muchos productos que lo permiten. Para ello hay que adoptar las posturas más conservadoras en las inversiones, sabiendo que a mayor riesgo, mayores son los posibles beneficios. Eso sí, cuando hablamos de invertir con riesgo nos referimos a «un riesgo muy bajo» porque, no nos engañemos, el riesgo cero no existe. Siempre hay cierta inseguridad, por mínima que sea, y por ello las personas que necesitan invertir sin riesgo han de conocer lo que les aporta los riesgos más mínimos. Una de las posturas más conservadoras es optar a los plazos fijos sin riesgos. A mayor plazo, mayores son los intereses que se recibe, pero a personas que pueden necesitar el dinero en cualquier momento se les recomienda un plazo fijo corto y con unas buenas condiciones en caso de cancelación (condiciones como no perder nada del dinero aportado). Los depósitos, especialmente los de no mucha duración en el tiempo, son sin duda de los productos más seguros. Es necesario además elegir la moneda en la que trabajar evitando así riesgos en variaciones en el tipo de cambio. Es mejor contar con una moneda fuerte y de confianza, aunque los intereses sean menos, y en caso de querer asumir algún riesgo se debe hacer a corto plazo para poder retirarse lo antes posible en caso de algún imprevisto. La más fiable puede ser el dólar, aunque el euro también está siendo considerado. No hay que fiarse de productos o servicios que ofrecen altas rentabilidades en un período relativamente corto de tiempo, rentabilidades imposibles de imaginar en cualquier oferta seria, porque por mucho que pueda tentar probablemente se trate de una estafa. Tampoco se debe creer en los que ofrecen grandes rentabilidades a riesgo cero porque eso es imposible. Y aunque el dinero más seguro es el que queda en el banco ahorrándose (o en una caja fuerte a muy buen resguardo), esta opción no ofrece ningún beneficio e incluso deprecia el valor del dinero con el que se cuenta. Si se tiene una empresa consolidada en el sector o se conoce un proyecto con mucho potencial, puede ser interesante invertir en ello porque se pueden conseguir muchos beneficios y el riesgo es más bajo que en otros productos de los que ni se conoce su funcionamiento. Pero la cosa también puede salir mal… Evidentemente, la clave para invertir sin riesgo es conocer el producto en el que se deposita el dinero, con sus condiciones y características.