
La vida se hará más cara desde el día 1 de septiembre, y se quiera o no esto va a tener consecuencias en todo, de hecho muchos negocios y autónomos se verán afectados por todas las novedades introducidas desde ese día, aunque es posible que alguna venga algo más tarde, sin contar si existen novedades posteriores. Por una parte, los autónomos tendrán consecuencias negativas desde el primer día de septiembre, lo que también resentirá en los negocios, ya que se pasa del 15% al 21% por concepto de rendimientos de actividades profesionales e ingreso a cuenta por rentas de trabajos derivados de la impartición de cursos, seminarios y conferencias. Cabe destacar que pese a que tiene un carácter temporal hasta el 31 de diciembre del año que viene en que se rebajará al 19% está claro que no volverá a ser como hasta ahora. Esto se añade a las retenciones de irpf a trabajadores por cuenta ajena, que también influye en la capacidad económica con respecto a la contratación de trabajadores. Otro de los principales cambios es la subida del iva, especialmente el iva general que se aplica a la mayor parte de productos y servicios, pasando del 18% actual, cuando hace poco tiempo era del 16, al 21% en que se queda desde el día 1 de septiembre. Además de eso, algunos productos pasan del iva reducido, del 8%, a un 21% del tipo general, lo que supone un grandísimo incremento, sobre todo cuando se trata de productos que sí son necesarios y productos culturales. Parece ser que la cultura, ciertos productos de aseo y demás no son “bienes necesarios”. El iva reducido también se incrementa del 8% al 10%. Sólo se mantiene el tipo superreducido en un 4%. Subirán muchas más cosas, las principales facturas que se empezarán a notar hasta octubre aunque muchas ya en septiembre, el transporte público, muchas medicinas hay que pagarlas íntegramente cuando antes estaban subvencionadas y en otras hay que pagar más que antes desde hace ya un tiempo, la universidad pública tendrá unos precios de hasta el doble, etc. Con respecto a las principales facturas, ya sea en septiembre o en octubre suben los gastos de las empresas en el espacio de trabajo, tanto de luz, como de agua, teléfono, internet, etc. Los autónomos y empresas tienen que reflejar en las facturas el incremento del iva que corresponda, por lo que sólo queda o subir los precios en proporción a la subida del iva o reducir el margen de beneficio para no perjudicar a los clientes. Hay grandes cambios que se suman a los actuales, y parece ser que la cosa se está complicando. Queda claro que la subida de precios y los cambios en la sociedad van a influir negativamente en las empresas, por lo que sólo queda renovarse o morir, adaptarse a los cambios y utilizar la imaginación o dejarse llevar por los malos momentos intentando “sobrevivir” en tiempos difíciles.