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La auditoria de cuentas refuerza su calidad de servicio global

Auditoria de Cuentas
Este año 2012 está transcurriendo como un nuevo ejercicio de ajustes no solo a nivel estatal y autonómico, sino también empresarial. No obstante, no podemos olvidar la importancia de innovar en productos y procesos empresariales para salir reforzados en los negocios de la difícil coyuntura económica que atravesamos. Con la crisis como telón de fondo, en Europa sigue abierto el debate sobre el papel que debe jugar el auditor. Desde el Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España (ICJCE) se apuesta porque los profesionales amplíen sus conocimientos y capacidades para aportar información más clara, útil y completa en la toma de decisiones empresariales. La información financiera tendrá que ser cada vez más concisa, clara, relevante, comparable y deberá estar mejor estructurada. Por estas razones se está trabajando en Europa desde 2009 en impulsar el concepto de información integrada. El objetivo es poner en valor los vínculos entre la estrategia de una organización, su gobierno corporativo, el rendimiento financiero y el contexto social, ambiental y económico en el que opera. La información integrada puede ayudar a las empresas a tomar decisiones más sostenibles y a los inversores y otros grupos de interés, como los accionistas, a comprender cómo una organización está funcionando realmente. Parece demostrado que si no se modifica la forma en que las empresas informan a sus grupos de interés, se invertirá capital de forma equivocada, se tomarán decisiones de negocio poco efectivas y los ciudadanos no entenderán las respuestas que se están dando a la crisis. Por todo esto, la auditoría de cuentas se encuentra ante un nuevo horizonte como profesión dinámica y en evolución constante, progresando al ritmo de la nueva economía globalizada. Actualmente, la labor del auditor va mucho más allá de nuestra competencia técnica sobre las normas contables y profesionales, debemos aportar valor añadido con un conocimiento profundo del sector en el que desarrollamos nuestra actividad. Así pues, junto a los valores esenciales de nuestra función: independencia, integridad y rigor, desarrollamos múltiples habilidades vinculadas a la calidad de nuestro servicio, como dinamismo y versatilidad, para atender las necesidades de las sofisticadas organizaciones globales de hoy en día. En definitiva, el auditor está adoptando una profunda cultura empresarial que le permite demostrar su capacidad de compromiso, creatividad, innovación y visión de conjunto. Todo ello, siempre enfocado a generar confianza en la información