
Aquel que emprendiendo o regentando un negocio cualquiera pretenda que su canal de ingresos sea estable y regular va muy mal encaminado, pues no hay “oficio” más arriesgado (ahora bien, tampoco gratificante) como el de emprendedor o empresario, ahora bien, eso no quita que no podamos perseguir la que yo denomino “estrategia de los ingresos regulares”. Obviamente “la estrategia de los ingresos regulares” parte de la básica, esencial y, valga la redundancia, obvia premisa, de que para tirar adelante cualquier negocio, y aquí si que da lo mismo una empresa tradicional que el emprendimiento más moderno (a excepción de empresas tecnológicas, etc. cuyo inicio es de consumidores netos de recursos, y cuya rentabilidad prevista es a largo plazo, pero que cuando se obtiene es uno de los grandes “booms” empresariales de la época) de mantener unos ingresos regulares que garanticen su subsistencia y la de sus propietarios. Obviamente, para lograr esta estrategia, lo ideal en el mundo de “Alicia en el país de las maravillas” sería que todos los meses, que siempre tuviésemos el mismo flujo de pedidos y el mismo número de clientes, ello además de ser aburrido, es irreal e incluso me atrevo a decir que peligroso, pues un flujo constante e inamovible, si bien puede permitirnos subsistir mientras fluye, puede que nos deje atrapados si un día ese canal se seca aunque sea por poco tiempo, pero como que esto no es el mundo ideal esa estrategia la debemos lograr por otros caminos. Comúnmente, en cualquier negocio (la máxima expresión de ello son los negocios estacionales), siempre hay momentos álgidos y momentos bajos, y partiendo de esa premisa y con una de las recetas que nos daría nuestra abuela, lo que debemos hacer es con el flujo habitual y constante regular de cada mes subsistir personal y profesionalmente, y con el flujo excedente de los meses en los que este exceso se produzca guardar flujo para dejarlo ir cuando algunas épocas el cauce sea inferior al de su flujo habitual. Dicho de otro modo y a la antigua usanza “guardar para cuando vengan las vacas flacas”, o bien la misma estrategia de los pantanos aplicada al mundo empresarial. Obviamente, y dicho esto, destacaremos que las reservas infinitas no existen, y que normalmente son más escasas y temporales que otra cosa, por lo que un flujo menor al habitual mantenido en el tiempo es un grave riesgo para la economía de cualquier profesional, empresa o familia, por ello mi recomendación, es si bien intentar mantener un flujo de dinero en remanente para completar el caudal cuando este baje flojo es importante, más importante es mantener vivo el caudal. Me explico, es importante el dinero en remanente, pero más importante es que el motor, que la entrada y salida de clientes sea fluida y funcione. Será lógico y resultará más que normal que tengamos épocas con más clientes y otras con menos, pero lo que no debemos es pararnos nunca de buscar y buscar, de generar nuevas oportunidades, pues así, tarde o temprano el flujo volverá a tener el efecto vigoroso de antaño, a no ser claro que nuestro servicio o producto ya resulte caduco, pero ese, en todo caso, es otro tema.