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La falencia de la formación en las empresas mexicanas

No caben dudas que en la actualidad uno de los elementos esenciales para lograr el éxito de un negocio y luego poder mantenerse radica en la constante capacitación de los actores que se encuentran implicados en los procesos de la empresa. Es por ello que en el mundo, casi el 90% de las compañías, tanto grandes como pequeñas, han comprendido la importancia de la incorporación de programas especiales de formación para sus empleados y sus directivos. Es que en definitiva, es esta capacitación permanente la que permite contar con uno de los recursos claves para que las empresas logren incrementar su competitividad, y de esta forma generar mayores ventas y por ende ganancias. Si bien muchos creen que la formación de quienes se encuentran implicados en las operaciones comerciales de una empresa es una prioridad sólo de las grandes compañías, lo cierto es que en los últimos tiempos también se ha convertido en un hecho ineludible en las PyMEs y pequeños emprendimientos, ya que es un factor definitorio para lograr alcanzar el éxito del negocio, y la falta de conocimiento y capacitación suele denotarse mucho más en las empresas más pequeñas que en las de mayor tamaño. Tengamos en cuenta que gracias a la globalización de la economía, las pequeñas y medianas empresas de cualquier parte del planeta han logrado acceder a una gran cantidad de oportunidades, y al mismo tiempo les ha generado un sinfín de retos que deben ser enfrentados para alcanzar una verdadera competitividad. Es por ello que la capacitación del personal es uno de los principales desafíos que deben enfrentar las PyMEs, debido a que para poder ser parte del mercado global es fundamental que puedan adaptarse a los cambios constantes que se producen, y al mismo tiempo estar preparadas para generar mayor productividad. En realidad, esto es algo que muchos propietarios de PyMEs de todo el mundo han comprendido a tiempo, aunque en México existen aún muchas empresas que no han sabido dar el paso inicial hacia la formación de sus empleados. ¿Cuál es el motivo? Básicamente, a pesar de haberse demostrado que la capacitación es un elemento esencial en los procesos empresarios, todavía muchos propietarios de PyMEs mexicanas se rehúsan a incorporar esta herramienta ya que consideran que sólo les generará gastos, y que en el peor de los casos podría llegar a convertirse en un aspecto negativo, ya que creen que muchos de sus empleados emigrarán a otras compañías una vez que hayan recibido capacitación. Por supuesto que se trata de un fundamento débil de los empresarios que ven a la formación como un factor que actúa en detrimento de sus negocios, cuando en realidad el mayor problema que deben enfrentar diariamente reside en seguir adelante con una empresa compuesta por empleados sin capacitación. Todos sabemos que lo cierto es que el crecimiento de una compañía está íntimamente relacionado a la eficiencia de su organización y a la calidad de sus empleados, por lo que es imprescindible incorporar posibilidades de capacitación acorde con cada una de las áreas que componen la PyME, ya que sólo de esta manera la empresa podrá obtener excelentes resultados, que pueden ser observados desde su propia productividad. Debido a estos motivos, desde hace años el Estado mexicano ha desarrollado acciones especiales de capacitación, consultoría y asistencia técnica, a través de programas diseñados exclusivamente para las PyMEs que se desenvuelven en el país, con el fin de llevar mayor valor agregado a sus producciones. En este sentido, desde el año 1995, la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, y la Secretaria de Economía y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, han destinado un importante presupuesto para brindar herramientas relacionadas a la capacitación de personal para las PyMEs mexicanas. ¿Por qué? Pues bien, fundamentalmente porque las pequeñas y medianas empresas son uno de los principales pilares de la economía de México, y al mismo tiempo constituyen un sector estratégico para el desarrollo social del país. Al respecto cabe destacar que en la actualidad las PyMEs mexicanas contribuyen con el 40% de la inversión y el PIB del país, además de generar el 64% de los empleos. No obstante, muchos empresarios continúan manteniendo su opinión adversa hacia las plataformas de formación de su personal, y a pesar de la gran inversión que realiza el Estado mexicano para brindar programas de capacitación a las PyMEs, no se han podido alcanzar los objetivos que llevaron a platear este tipo de estrategia gubernamental. El fracaso de este aspecto se debe fundamentalmente a que en las pequeñas y medianas empresas mexicanas la evaluación sobre la formación del personal se lleva a cabo de forma cuantitativa, es decir sobre la premisa de los gastos que este tipo de programas de capacitación le reportan a la compañía, cuando en realidad estas herramientas deben analizarse desde el punto de vista cualitativo, teniendo en cuenta los resultados beneficiosos reales y concretos que la capacitación permite alcanzar. Tengamos en cuenta que en definitiva la adquisición de nuevos conocimientos por parte del personal permite un notable incremento en la productividad y una mayor integración a la empresa en el escenario global. Porque lo cierto es que la formación es sin dudas uno de los instrumentos mas importantes que una empresa debe incorporar para alcanzar una verdadera transformación, con el objetivo de mejorar su rendimiento presente y a futuro, basado en la fuerza de trabajo. Es por ello que la mayoría de los especialistas sostienen que es imperioso que las empresas mexicanas instrumenten mecanismos que permitan promover el conocimiento y ampliar las fronteras de la capacitación de sus empleados y directivos, a través de un entorno dinámico, que haga posible enfrentar los desafíos presentes y futuros, y lograr así la competitividad y productividad necesaria para ser parte del mercado actual.