
En la sociedad la persona que lidera a las organizaciones debe inspirar y guiar a las personas mediante distintas técnicas como es la persuasión, la gestión, la promoción y la motivación, elementos capaces de incrementar los esfuerzos del grupo de trabajo con la intención de alcanzar los objetivos planteados por la empresa. La práctica del liderazgo ha ido evolucionando en el tiempo acompañando a los cambios que se van generando en las personas y en las relaciones laborales y personales. En este proceso también influyen los cambios tecnológicos, y la evolución de los mercados. Antiguamente se consideraba líder a la persona que lograba imponer su criterio en una determinada mayoría, la cual se adaptaba a sus acciones y decisiones. A su vez esa persona, el líder, debía tener facilidad de palabra, carácter firme, seguridad interna, y capacidad de mando. Pero en la actualidad una persona con esas características seguramente sería catalogada como autoritaria y con importantes problemas para comunicarse con los demás, Es por eso que un buen líder debe persuadir y motivar para que se logren los objetivos planteados y sirva como un ejemplo a seguir por los demás. Debe ser una persona que ejerza una influencia importante en el comportamiento del grupo de trabajo en que se encuentre, empleando para ello herramientas de comunicación y de proactividad que le permitan alcanzar las metas comunes. Es importante aclarar que esa influencia será positiva en la medida que las personas reciban el impulso y la motivación requerida para avanzar en sus progresos, pero puede resultar negativa si el liderazgo ejercido genera relaciones de dependencia. Para poder reconocer si un individuo tiene rasgos de líder, se debe observar que sean personas integras, responsables, que brinden confianza, que sean claros, honestos, coherentes, perseverantes, disciplinarios y constantes. Además deben ser seguros de si mismo para poder guiar a los demás, firme en sus decisiones, ser objetivo y autentico. Otro aspecto importante a remarcar es su capacidad de análisis, amplitud de criterios, consideración y respeto por lo demás, capacidad para escuchar, entre otras características. Excepcionalmente puede tener un magnetismo personal para atraer a los demás, empatía innata, carisma y ser una persona servicial.