
”Primero te quitas la Coca-Cola, luego las galletas de chocolate… Y así vas haciendo con todo lo que sea un pequeño lujo”. Estamos en un supermercado y hablamos con Luís. Hace tres años que está en paro y sabe lo que cuesta no sólo llegar a final de mes, sino también llenar la nevera y la despensa cada semana. Desgraciadamente, su caso no es único. Muchas familias han tenido que decir adiós al carro de la compra lleno hasta los topes y cambiarlo por la modesta cesta, por llenarla de lo básico. Y cuando hablamos de lo básico, hablamos de pocos productos, la mayoría de ellos de marcas blancas. ”Yo intento comprar lo justo, no más de lo que puedo necesitar.” Nos comentar Irene, también está haciendo la compra semanal. Le preguntamos si va a optar por marcas blancas. Asiente, confirmando la tendencia creciente de este tipo de productos. De hecho, el 43,8% del gasto que realizamos en alimentación se corresponde con marcas blancas, llegando al 70% si se opta por comprar en establecimientos con la fórmula del gran descuento, según el informe Scan Trends de Nielsen. ¿Cuál es el secreto de dichas marcas? Sencillamente, combinar calidad con precios bajos en un momento complicado para los bolsillos de millones de familias. Familias que, por otra parte, han cambiado el lugar donde van a comprar. Según otro informe “La alimentación mes a mes”, del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el 43% de las compras se realiza en supermercados, el 18% en tiendas tradicionales, el 15% en tiendas de descuento y el 14% en hipermercados. En cinco años ha crecido el gasto en los supermercados y las tiendas de descuentos, y el resto ha acusado los malos datos de la economía. Tres horas a la semana Ese es el tiempo de media que un consumidor destina para hacer la compra, según datos de Mercasa, la empresa pública que gestiona los mercados de abastos. Tres horas que dan para mucho, sobre todo para comparar y para ahorrar. Se compra lo básico, se compran productos en distintos lugares para aprovechar las ofertas, se vuelve a ir a los mercados de toda la vida. ”Antes iba a las grandes superficies, hacía compras más grandes, pero ahora me quedó cerca de casa, también para ahorrar en gasolina”. Ramón nos enseña su lista de la compra. También él se decanta por llevarse lo básico para pasar la semana, confirmando que nos hemos vuelto menos impulsivos en esto de comprar y que ya no desembolsamos grandes sumas de dinero en compras mensuales, ahora se hacen más compras semanales y de menor cuantía cada una. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda comparar antes de comprar, ya que según los datos que maneja las cadenas de supermercados han elevado sus precios un 3% de media y podemos ahorrar más de 10 euros en una cesta básica de diez productos en la que se incluyen: leche, huevos, pollo, patatas, aceite e incluso cerveza. App al rescate ”Yo hago la lista de lo que necesito en casa y en el supermercado voy calculando precios para no pasarme”. Nos comenta Alicia, a la que hemos encontrado en la sección de congelados. Pero no hace falta hacer cálculos mentales o ir calculadora en mano para ahorrar. Ahora disponemos de una app llamada Supertruper que nos permite gestionar nuestra lista de la compra. La aplicación permite escanear los códigos de barras de productos que podamos tener en casa, diciéndonos dónde se encuentran los más baratos. Lo próximo que prepara esta app es la posibilidad de comprar on line el producto que tenga el mejor precio. Compras on line… Según la OCU haciendo la compra por internet se pueden llegar a ahorrar al año más de 1.400 euros. ¿Consumo deprimido? Lo está y mucho como consecuencia de la caída de los salarios, un 30% en los últimos cinco años. Pero no es la única causa, el desempleo y la falta de crédito también tienen buena parte de culpa en esto de que el consumo esté de capa caída. ”Claro que me gustaría poder comprar más. ¿A quién no le gustaría? Pero en casa estamos todos en el paro. Así que mientras no cambien las cosas…” Nos dice Pepa, mientras busca el mejor precio para el producto que se quiere llevar a casa. No le falta razón.La recuperación del mercado laboral es condición imprescindible para que crezca la demanda de la familia media. Sin embargo, el consumo también nos deja algunas paradojas como la de las tiendas especializadas, las llamadas gourmet, que han cobrado protagonismo en la mayoría de las ciudades y que ofrecen a quien puede permitírselo un amplio surtido de selectas posibilidades. Productos versus productos Pero no todos los productos sufren de igual manera los rigores de la crisis en esto del consumo. Los que más caen, obviamente son los productos considerados prescindibles, como por ejemplo el alcohol. Frente a él, la demanda de otros productos como las hortalizas, las frutas frescas y la carne no han hecho más que crecer. Si tenemos en cuenta el precio, en el último año ha subido el del aceite, las patatas, las frutas frescas y la leche, entre otros, y ha bajado el del cordero, los huevos, el café y el pescado. Por comunidades autónomas, las más baratas por lo que se refiere a llenar la cesta en cuestión son Murcia, Galicia, Andalucía y Asturias. Las más caras son el País Vasco, Cantabria, Navarra y Cataluña. Y por lo que respecta a los lugares más baratos a la hora de comprar son los de la marca Mercadona. Sea como sea, sobre unos 130 euros al mes es el gasto de una familia media en la cesta de la compra, gracias en buena parte a la subida del IVA. Otra consumidora, Carmen, sonríe cuando le comentamos esto mismo. «Yo gasto algo menos. Se hace lo que se puede con el poco dinero que entra en casa, pero vas aprendiendo pequeños trucos para encontrar las mejores ofertas.» Nos dice antes de que nos despidamos de ella y dejemos atrás el establecimiento que hemos visitado. Nosotros ya estamos fuera, ya tenemos nuestra compra, pero la gente no deja de entrar. Y es que, euro arriba o euro abajo, tener que pasar por el súper seguirá siendo una visita inevitable. Así que mejor ir preparados y más si queremos ahorrar.