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La RSC no es cuestión de tamaño

Como ya se ha comentado en muchas ocasiones, en los últimos lustros ha adquirido especial valor en las empresas el tema de la Responsabilidad Social Corporativa u otramente llamada RSC, ello y a pesar de que en los últimos años también se ha extendido ante todas las capas del tejido empresarial de nuestro país, también es cierto que normalmente la gente tiene asociado el concepto de Responsabilidad Social Corporativa o RSC a empresas de gran tamaño, cuando en realidad no debería ser así. Y no debería ser así, pues bien podríamos decir que en realidad todos y cada uno de nosotros bien regentemos una gran empresa, una pequeña empresa o seamos autónomos tenemos la Responsabilidad Social Corporativa dentro de nosotros, nosotros somos RSC. Me explico, últimamente son grandilocuentes los términos, las palabras y los enfoques que se le da a la Responsabilidad Social Corporativa o RSC, grandes y grandilocuentes son las frases y los términos que a ello se le dedican, pero no nos engañemos, en esencial la Responsabilidad Social Corporativa o RSC simplemente es las buenas prácticas y la buena relación que mantiene con su entorno una empresa, y eso señoras y señores ya lo hacían las empresas de nuestros tatarabuelos y lo seguimos haciendo ahora, y eso ya lo hacían las grandes empresas de miles de empleados y también lo hacia el tendero que regentaba el sólo un comercio. Lo que sucede es que ahora todo eso lo revestimos con un barniz muy bonito de palabras, a la vez que lo revestimos de una capa de protocolos, procedimientos, libros y certificaciones, pero en realidad, la función sigue siendo la misma esencia que antaño: ser honestos y legales, y relacionarnos respetuosamente con todos. Con ello no le estoy quitando importancia a la RSC, ni tampoco a todo lo que hoy en día se dice, se habla, se elabora y se trabaja. Al contrario, la RSC es algo importante para cualquier empresa, pero señoras y señoras la RSC debería de ser algo intrínseco a la naturaleza de la empresa, no algo que se impone o que se enseña en un manual. Y debería ser algo intrínseco a la naturaleza de la empresa sea cual sea el tamaño de esta o sea cual sea su actividad. Y es que del mismo modo que el ser honesto, no delinquir, y no cometer fechorías o actos malos o atroces es algo que no se aprende ni se impone en un manual, sino que se supone que es algo intrínseco en la persona, del mismo modo las buenas prácticas de la compañía deberían ser algo natural en esta. Otra cuestión, es que muchas empresas, sean estas del tamaño que sean, no cumplen o se saltan las leyes y las normas como les viene en gana, pero del mismo modo que con el delincuente eso no se soluciona con un manual, sino que se soluciona con otras medidas que nada tienen que ver con “educar” a las empresas incumplidoras.