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Las alternativas a los préstamos

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La situación económica actual es conflictiva tanto para las empresas como para los particulares, tanto que muchas personas se plantean la posibilidad de pedir préstamos, en ocasiones incluso de pedir préstamos para pagar otros como si esto fuera la solución. Antes de pedir un préstamo hay que tener en cuenta la capacidad de endeudamiento existente, los ingresos que se tienen y las posibilidades de pedir un préstamo, pero sobre todo hay que tener en cuenta si realmente no existe otra alternativa antes que pedir un préstamo.

  • La principal alternativa es ver si se pueden recortar y evitar gastos innecesarios, o gastos que considerando necesarios pueden ser prescindibles, si se pueden hacer sacrificios y renunciar a algo, dejar de lado las marcas y todo aquello que no sea imprescindible. A nadie le gusta tener que hacer grandes o pequeños sacrificios de lo que suponía su vida normal, pero hay que hacerlo, al menos hasta evitar las deudas o lograr seguir adelante con tranquilidad.
  • Se puede comprobar si existe dinero en los ahorros o el fondo de emergencia capaz de cubrir todas o algunas deudas, o al menos permitir seguir adelante durante un tiempo en que la situación económica propia se encuentre mal.
  • Pedir ayuda financiera a amigos familiares es otra alternativa para evitar pedir préstamos, y así se evitan también las comisiones que acaban en un círculo vicioso del que salir con dificultad. También se puede pedir un anticipo de salario a la empresa, si se cuenta con trabajo y confianza en la empresa.
  • Antes que pedir un préstamo para pagar otro hay que plantear a la entidad la renegociación de la deuda, o a la empresa con la que se tiene la deuda, planteando diferentes alternativas hasta llegar a un acuerdo. Para las empresas es mejor cobrar menos, en los tiempos actuales, que no cobrar nada y arriesgarse a perder eso. La reunificación de deudas es otra alternativa para pagar menos, lo que supone un alivio cuando es complicado pagar todo, aunque por más tiempo y generalmente más comisiones.
  • Los préstamos persona a persona son otra opción, pero no por ello dejan de ser un préstamo.
  • La hipoteca compartida es otra alternativa, aunque no guste a muchos, y es compartir financiación y propiedad con alguien que se conoce en la misma situación.

La cuestión es sencilla, en muchas ocasiones se puede requerir un préstamo y es inevitable, pero en otras ocasiones se puede prescindir de él haciendo sacrificios. Muchas personas no están dispuestas a hacerlos y, sin embargo, es necesario para llegar a una estabilidad económica y no caer en un pozo del que después es más complicado salir.