
Siempre he creído en aquello de ser autodidacta, siempre he creído en hacernos nosotros mismos aquellos que podamos, también y muy especialmente ello en el ámbito profesional y empresarial, pero ello no quita para que no reconozca la imperiosa necesidad de en muchas de las cosas de nuestro día a día de dejarlas en manos de auténticos profesionales y de no realizarlas nosotros con una burda calidad de pésimos aficionados, ello es aplicable a muchos ámbitos pero muy especialmente al merchandising de oficina. Existe una cosa que se llama externalizar o subcontratar, o bien de comprar, adquirir o alquilar servicios a profesionales, y es algo que deberíamos tener muy presente antes que querer hacerlo todo nosotros por nuestra cuenta, pues en muchas ocasiones ello nos puede ocasionar un grave perjuicio de imagen, y en consecuencia económico y de supervivencia empresarial. Con todo ello no estoy diciendo que no podamos aprovechar nosotros nuestras habilidades, capacidades o tiempo y que no podamos hacer campañas o material por nosotros mismos (por ejemplo grabar CD’s con catálogos, etc.), pero de ahí ha querer hacerlo todo media un trecho. Y es que no nos engañemos he conocido empresas que como hoja de instrucciones para su material aún utilizaban una impresora multifunción al uso, y un cúter para dividir los trozos de hoja. He conocido empresas que se auto-imprimían (con errores) sus catálogos y muchas cosas por el estilo, y todo ello, no en los 80 o en los 90 del siglo pasado, ni tan siquiera a inicios del siglo XXI, ello hace tan sólo unas pocas fechas. Habrá ocasiones que unas tarjetas de visita auto imprimidas nos podrán sacar del paso, y habrá otras en los que la tecnología existente nos permitirá realizar algún material con la calidad suficiente como para no requerir los servicios de un tercero, pero existirán muchas otras ocasiones que por no gastar en teoría un poco más podremos en riesgo la calidad de lo que hacemos, nuestra reputación, y como he dicho incluso nuestra economía y supervivencia empresarial. Y en una de las cosas que he dicho en el párrafo anterior se encuentra el error: en pensar que será más barato. Es cierto que en ocasiones será así, pero ¿seguro qué siempre será así?, ¿qué coste tiene para nosotros imprimir?, ¿cuánta tinta y tiempo dedicamos? Igual para una pequeña tirada puede salirnos rentable, para elevadas lo dudo, es más, incluso en aquellos casos en los que, a priori, la auto composición y auto fabricación nos salga rentable, ¿a nivel de la calidad obtenida también será así? Resumiendo, como decía no se trata de renunciar a buenas opciones que nosotros mismos podamos crear, pero se trata de entenderlo todo en la medida justa, y muy especialmente no dar una imagen paupérrima con clientes a los que, decimos, queremos atraer y cuidar.