
Veamos en este artículo como la música puede sernos de gran utilidad en nuestro negocio y en nuestro día a día profesional, y veámoslo ello dese un doble ángulo: en como la música, en como un buen ambiente musical puede ayudarnos a generar un ambiente más apropiado en el entorno de trabajo, y luego veámoslo en una faceta más individual, en como la música puede contribuir a mejorar nuestra productividad y potenciar nuestra creatividad como profesionales. Si empezamos hablando de los beneficios de un buen fondo, de un buen hilo musical en el trasfondo del día a día de casi cualquier empresa de nuestro país, no estamos hablando de algo novedoso, aunque si que puede que estemos hablando de algo más novedoso si hablamos del conocimiento de los beneficios que ello nos aporta, y muy especialmente de en como ello influye en el ambiente empresarial y en como las nuevas tecnologías han contribuido a facilitar esta función. Así, si por ejemplo nos centramos en el entorno empresarial, podemos encontrar adecuado un tipo de música que estimule, calme y de un tono agradable a la zona de recepción de los visitantes de nuestra compañía, y luego podríamos encontrar otros estilos más acordes para hacer más fluido el desempeño profesional e incluso por ejemplo en el ámbito comercial generar ciertas sensaciones que desplieguen el potencial “asesino” de un vendedor. Si ello lo trasladamos al ámbito del trabajador en su esfera privada, perfil cada vez más en boga en muchas empresas, y muy especialmente dado en profesionales que aportan un alto valor creativo e innovador nos encontramos en un ámbito muy difícil de aconsejar, pero sin duda inexcusable de abordar. Y digo lo anterior, pues es obvio que los gustos, preferencias y demás consideraciones que se puedan hacer quedarán pequeñas y desvirtuadas ante la realidad personal de cada persona, y es que no debemos olvidar que cada persona es un mundo, y de buen seguro que no encontraremos el mismo factor motivador o experiencial en un determinado sonido que en otro. Así, mientras una persona se puede deleitar, y alcanzar el zenit y el nivel de máxima productividad escuchando con sus cascos la música más “salvaje que puede existir”, otro puede lograr lo mismo con la más suave y bucólica de las melodías. En definitiva, del mismo modo que no todo el mundo tiene los mismos gustos en casi ninguna cosa, tampoco es así obvia y afortunadamente en la música, y mucho menos en la música que debe servir para estimularnos profesionalmente “y comernos en mundo”, sacar nuestro lado más creativo o bien para relajarnos después de un arduo día de trabajo. Y es que de buen seguro que mientras unos se volverían locos y se desquiciarían escuchando rock del más duro, otros conseguirían el máximo nivel de concertación, o bien por el contrario, de desconexión con ello. Sea como sea opciones para cada uno de nosotros no faltarán, pues múltiples servicios de música a la carta harán el resto.