
Cualquier empresa tiene la responsabilidad de organizar, dirigir y controlar todos aquellos elementos que intervienen en la producción y prestación de bienes y servicios. Si hablamos de organizar una empresa estamos hablando de asignar tareas, responsabilidades, pero de mucho más. Porque de lo que se trata es de llegar a las metas que se hayan propuesto. Sea como sea, la organización de una empresa le corresponde a la dirección y consiste en: -Describir las tareas o responsabilidades de lo diferentes puestos de trabajo. Es decir, se busca una especialización en las tareas. -Establecer la forma en la que se van a relacionar las diferentes áreas de trabajo. -Establecer los mecanismos de cooperación y la prioridad en las decisiones. -Estos dos factores hacen que se establezcan las cadenas de mando o jerarquías. -Establecer las normas de funcionamiento de la empresa. -Constituir órganos o personas para que sean las responsables del seguimiento de las normas, así como del grado de cumplimiento de las previsiones en las diferentes secciones de la empresa. Para presentar la estructura de una empresa se suele utilizar el organigrama, que permite mediante un esquema que las empresas puedan dar a conocer su estructura interna. Sistemas de organización Ya hemos visto como a los propios empresarios les corresponde el proceso de organizar los talentos de los que dispone la empresa. Con respecto a los modelos de organización que podemos encontrar hay muchos, aunque las estructuras más comunes son: -Organización lineal: Con staff de asesoramiento o con comités o consejos. -Organización funcional: Mediante departamentos, organización mixta u organización matricial. Uno de los aspectos de la organización es el hecho de que se establezcan departamentos. Los más frecuentes pueden ser los de producción, control de calidad, ventas, investigación de mercado, atención al clientes… En cualquier caso, y pese a la estructura formal que tenga una empresa, en la actividad del día a día aparecen tareas y relaciones que no han sido definidas con anterioridad y que constituyen lo que se denomina estructura informal. Existen en todas las empresas y su objetivo es dar respuesta a las situaciones nuevas o imprevistas.