
- Un pésimo clima laboral
- Relaciones con compañeros o jefe tan defectuosas o malas que la persona se siente mal en su puesto de trabajo
- Un sueldo insuficiente para la supervivencia familiar
- Sentirse mal e infravalorado
- Es imposible o muy difícil conciliar la vida familiar y laboral
- Hay mucha tensión en el trabajo o produce una gran cantidad de estrés
- Difíciles perspectivas de cara al futuro
- Porque se corre grandes riesgos de accidente laboral y/o enfermedad profesional
Los que no conocen cuáles son las condiciones de trabajo en las que estás ni cuáles son tus motivaciones puede que no lo entiendan al principio, y quizá no lo entiendan nunca, pero cuando llega el momento del cambio es mejor que lo hagas antes de que sea demasiado tarde. La mejor forma de cambiar de trabajo sin arriesgar mucho es no abandonar el primero aunque se haya conseguido ya al otro. Aunque también hay que tener en cuenta que a veces los cambios no son para bien. Sobre todo, es importante saber que conozcas la respuesta a por qué quieres cambiar de trabajo porque pueden llegar a preguntártelo en cualquier entrevista laboral. Teniendo en cuenta esto, aunque la relación con los jefes o compañeros de trabajo sea mala, no conviene criticar ni a la anterior empresa ni a las personas que pertenecen a ella, aunque sean competencia directa de la nueva. Lo mejor es dar respuestas positivas, enfocando lo que se puede hacer por la nueva empresa o la que ésta puede hacer por uno.