
Es muy de valorar la labor emprendedora que desempeñan muchas personas, tanto a nivel del desarrollo económico como a nivel del desarrollo personal. Una buena frase que nos mete en materia en este artículo es la que pronunció Víctor Frankl: “El hombre se autorrealiza en la misma medida en que se compromete al cumplimiento del sentido de su vida”. Muchas veces por circunstancias de la vida, o simplemente por la necesidad de cumplir nuestros sueños profesionales, los seres humanos nos planteamos comenzar a caminar solos en el mundo empresarial, emprender un negocio que nos llene, que nos ilusione o motive a despertarnos cada mañana. Pero el hecho de que se trate de un negocio que no ilusione, creado con nuestras propias manos, no significa que no conlleve unos riesgos, que en algunos casos no pueden controlarse, pero en otros sí. El hecho de que emprender un negocio y desear que comience a funcionar de forma correcta, como a nosotros nos gustaría, a pesar de que pongamos todo nuestro empeño en realizar las cosas bien, no implica que no vayamos a cometer múltiples errores o fallos, errores que en el mundo empresarial o en el mundo de los emprendedores pueden jugar malas pasadas. Pero es algo que no debe hundirnos, ya que ver lo que estamos haciendo mal, en ocasiones puede servirnos para mejor considerablemente y aprender nuevas cosas sobre nuestro negocio. Es importante que nuestras ideal empresariales se conviertan en fructíferos y buenos proyectos. No sirve de nada el talento si no tenemos fuerza de voluntad para sacar adelante y demostrar de lo que somos capaces, aunque tropecemos, una , dos, tres veces, no importa, lo que realmente importa es seguir luchando y seguir levantándose cada vez que caigamos al suelo. Aun así, hay una serie de consideraciones que deberemos tener muy en cuanta a la hora de emprender un negocio, consideraciones que debemos evitar como emprendedores: – Tener una buena idea empresarial siempre es un buen negocio – Mezclar nuestro dinero personal con el de la empresa – No lograr financiar bien el proyecto – Montar un negocio sin ganas, ilusiones y sin unos objetivos claros – Contar con familiares o amigos como socios de nuestro negocio – Dar más importancia a los clientes nuevos que a los actuales – Recibir apoyo únicamente de nuestro entorno a la hora de emprender un negocio – Fijar nuestra atención sólo en las ventas, dejando de lado la contabilidad de la empresa – Ofrecer a nuestros clientes productos poco especializados Muchos emprendedores, antes de montar un negocio propio, optarán por trabajar como autónomo, y una vez se hayan acumulado años de experiencia y se cuente con una buena idea empresarial, estaremos preparamos para comenzar a montar nuestra empresa, siempre teniendo en cuenta las premisas citadas anteriormente. A la hora de montar un negocio no debemos ser conformistas, no debemos cumplir estrictamente con lo básico debemos ser competitivos y salir a luchar a por el primer puesto, teniendo iniciativas propias y diferenciándonos del resto, así como sumando esfuerzos, ganas, mejorando y aprendiendo cada día. Nuestros compañeros, trabajadores y clientes nos lo agradecerán.